El Tiempo Un inesperado cambio: del calor a temperaturas bajas y lluvias en pocos días

HOMBRE, por Dios. No puede usted dejar de comer ni pasando por delante una imagen sagrada. No se puede esperar a llegar a casa. O no sabe alimentarse discretamente en medio de la calle. Que sí, que lo he visto en Candelaria en mitad de un campamento con otros como usted comiendo hamburguesas y patatas fritas. ¿Y usted? Sí, sí, usted. No ha visto que vienen penitentes descalzos. ¿Por qué tira las pipas al suelo? ¿No está viendo que esta hermandad es de negro y no da cera? ¿No lo sabe? Ah, por eso su hijo incordia a todos los penitentes que se le paran delante. Niños que corretean entre los cortejos, padres que beben cerveza sentados en la carrera oficial, gente que de las procesiones solo les interesa cómo van cargados los pasos, muchachos y muchachas que cruzan por los desfiles... Oigan, que las cofradías mejoran cada año para que ustedes les presten atención. Y la cabalgata es en febrero.

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