UNA encrucijada es una situación difícil en que no se sabe qué conducta seguir. Supongo que una encrucijada es la que tiene ahora muy ocupados a Locos por el Balón. Para el CSD no sirve la propuesta de propietarios de las acciones que se ha presentado. No sirve aunque hasta el día 18 del pasado mes de febrero fueran los mismos que constaban al frente del club de forma oficial. Resulta curioso que quienes olvidaron cambiar este formalismo se acordaran ahora de hacer la reclamación.

Pero el CSD ya ha resuelto, y ahora procedería un cambio de propietarios de las acciones. Fácil no será, porque si se han pagado 50.000 euros por esas acciones, no parecerá creíble que se cedan gratis a una empresa que se llame por ejemplo "Cuerdos por el Balón".

El CSD lo entendería mejor si hubiera una venta por una cantidad similar a la ya abonada. Aquí empiezan de nuevo los problemas.

Una empresa con ese dinero, que acepte comprar las acciones y que ninguno en esa empresa tenga lazos familiares con quienes tienen ahora las acciones. Si se da el caso, sería la solución.

Por si esa empresa no se encuentra mi amigo Fernando sugiere, con buen criterio, que si 50 aficionados se ponen de acuerdo para aportar 1000 euros cada uno, podrían adquirir las acciones y luego gestionar el club con la asesoría que quieran. Una propuesta hecha con el corazón, el mismo corazón que mantiene en pie a una empresa con más de 15 millones de euros de déficit.

El tiempo es ahora un factor importante. La decisión que se tome debe ser rápida porque si se recurre de nuevo no se acabará de resolver antes de que termine la temporada. Bueno, ser del Cádiz nunca ha sido fácil. La alternativa es un nuevo comienzo, y tampoco es mala opción.