la azotea

pedro manuel espinosa

El encanto de lo simple

En un mundo en el que la tecnología lo invade todo, a veces veo a niños que se pasan horas lanzando al aire una botella con un poco de agua intentando que caiga de pie. Como si caer de pie no estuviera reservado a unos pocos. Ocurre que a las tabletas, las consolas portátiles, los móviles, se les acaban las baterías. Y es entonces cuando, como desnortados, recuerdan que tienen pies, manos y cabezas para pensar otros entretenimientos. Así que igual se ponen a jugar a las esquinitas en una bodega de Chiclana que a lanzar la susodicha botellita o a perseguirse unos a otros. Los hay que hasta leen. Sí, sí, cogen su libro de Harry Potter, que huele a nuevo y que encierra maravillas, y se dan un paseo por Hogwarts. Quizá nuestro mayor aliado contra la absorbente tecnología sean precisamente las baterías y su cada vez menor duración. Porque claro, toda adicción acaba cuando se agota la energía.

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