Si se ha terminado un ciclo en el primer equipo del Sevilla, lo mismo sucede con su filial. Va a terminar la temporada sin pasar apuros después de una primera vuelta en la que estuvo muy cerca de los puestos altos, pero en la planta noble del club del barrio de Nervión ya se ha decidido que el presupuesto se va a ver muy reducido el año próximo, por lo que llega el momento de dar paso a los futbolistas de los escalafones inferiores.

Hoy se presenta el conjunto sevillano con algunos futbolistas procedentes del Sevilla C, que pueden ser la base de un conjunto que es un rara avis en la categoría de plata. Se trata del único filial entre muchos históricos venidos a menos y es probable que dentro de pocos días se produzca el desmantelamiento de esta plantilla. El de hoy será el partido de despedida de algunos de ellos y la presentación de otros.

sin balón

Galeote ha conseguido que el Sevilla Atlético no sea el típico filial que se desentiende de las labores defensivas en pro de dar rienda suelta a un ataque desenfadado. Como cualquier equipo moderno, busca la presión al rival, aspira a jugar con las líneas juntas y el sacrificio es colectivo para ser seguro. Ha recibido 46 goles, los mismos que el Cádiz hasta el momento.

con balón

El entrenador sevillista ha ido cambiando de sistema en algunas fases del campeonato y ha pasado del 4-1-4-1 al 4-2-3-1 en función de sus intereses. Es un equipo que ha tenido problemas para hacer goles, pero cuenta con un centro del campo interesante. Dos pivotes defensivos, tres medias puntas peligrosos (Pablo Sánchez, Alfaro y Armenteros) y un delantero que va cambiando y que hoy podría estar representado por Juan Pablo, autor del tanto sevillista en el partido jugado en la primera vuelta.

lo mejor

Curiosamente, lo más destacado de este equipo ha estado en la zona defensivo. Será por eso que el primer equipo ha echado mano de tres de sus jugadores de esa zona. Fazio y Crespo han tenido cierto protagonismo con Manolo Jiménez, al igual que David Prieto, un futbolista al que pretendió el Cádiz hace dos veranos y que terminó vistiendo de azulino por las malas artes de ciertos personajes del mundo del fútbol.

lo peor

En una temporada más que notable, lo menos positivo del conjunto hispalense ha llegado en las últimas jornadas, cuando se ha visto un descenso importante en el rendimiento colectivo. Una vez que amarró la permanencia de una manera virtual, se han sucedido los malos resultados, aunque siempre ha estado lejos de la cola. Pocas cosas malas que decir de un equipo joven en una categoría tan complicada.

ESTA tarde no estaré en el Ramón de Carranza. Les juro que ganas no me faltan, pero quién me iba a decir hace dos meses (cuando saqué mi billetito de avión para ver a España en la Eurocopa) que íbamos a llegar a esta penúltima jornada con la porquería al cuello.

Ni el más pesimista de los agentes de viajes me hubiese dicho: "Yuyu, piénsatelo, picha, que ese día habrá que echarle el cable al Cádiz desde la grada". Esta tarde hay que olvidarse de tácticas, de entrenadores, de presidentes, de secretarios técnicos y de todo lo que se menee en el club amarillo. Hoy, parafraseando al presidente de nuestro rival, hay que ganar sí o sí.

No me creo eso de la hermandad andaluza, no porque no exista sino porque las circunstancias no son las adecuadas. ¿Se imaginan ustedes un Xerez-Sevilla Atlético donde los hispalenses bajaran el pistón y perjudicaran a Cádiz, Córdoba, Granada 74 y Poli Ejido? Pues sí, podría saltar la Primera Guerra Andaluza en pocos días. Así que más vale poner lo que hay que poner sobre el terreno de juego.

El Cádiz se juega hoy su historia, así de fuerte. Ganar no nos garantiza la permanencia, pero todo lo que no sea llevarse los tres puntos creo que nos condenaría a otra vez a la Liga de las Monerías. Lo que voy a decir es una incongruencia, viniendo de alguien que no va a ir al partido, pero hoy no se puede faltar al Carranza. Me consta que el cadismo está quemado: harto de ver partidos que no merecen que hayan sido disputados por el Cádiz. Hasta los mismísimos miembros ovales de esta temporadita. Es verdad, pero hoy hay que partirse el alma para seguir con vida.

Ojalá cuando acabe el partido y se den otros resultados podamos respirar tranquilos e inundar las gradas de pañuelos blancos pidiendo responsabilidades a quien se le tengan que exigir. Antes del pitido final ni un silbido, ni un ¡fuera, fuera!, ni ¡menos millones y más cojones! Cuando todo termine, por favor: ése será el momento. Si el Cádiz se salva hoy (complicado, porque ya digo que habrá que ganar y esperar al menos otros tres resultados) no nos dejemos llevar por el catetismo de celebrar una permanencia absurda. Ése será el momento de que el cadismo demuestre su hinchazón genital con lo que ha pasado esta temporada. Es curioso, pero el abucheo más grande de esta tarde se debería escuchar si lográramos la permanencia. El cadismo tiene que empezar a ser exigente. Vuelvo a repetir que exigir no es lo mismo que amenazar o chantajear al modo mafioso de ciertas barras bravas argentinas. Es pedir que unos jugadores no vengan a cachondearse de unos colores llevándoselo calentito hagan lo que hagan. Y si el problema es del que trajo a los jugadores, pues más de lo mismo.

Ojalá camino de Innsbruck me lleguen las noticias que espero. En Austria sólo me gustaría decir Bitte, ein Bier (Por favor, una cerveza), en lugar de Ich habe Durchfall (Tengo diarrea). Dependerá del Cádiz, y no de la selección. Para una vez que hago las cosas con tiempo, me pasa esto. Al final, en Cádiz, hay que ser un juancojones.