Polémica Cinco euros al turismo por entrar en Venecia: una tasa muy alejada de la situación actual en Cádiz

Notas al margen

David / Fernández

Para no dormir

LOS vecinos de Guillén Moreno, La Paz, Segunda Aguada, Cerro del Moro, Loreto y Puntales aún no dan crédito. En el horizonte de estos 34.000 gaditanos -que pagan sus impuestos como el resto- no existen barrios que exijan más atención en la lucha contra la exclusión social y la mejora de su paisaje urbano. Necesitan con urgencia proyectos para revitalizar su actividad económica y nada podía fallar: la estrategia de desarrollo urbano del programa Edusi parecía un traje a su medida porque Cádiz ya contaba con experiencia para atrapar los fondos europeos. Y como dijo el propio alcalde, José María González, "la capitana del paro" acumula argumentos de sobra para acogerse a los 15 millones que han volado porque Hacienda denegó esta ayuda a la vista del documento presentado. ¿Qué ha sucedido, entonces? Quien acuda al portal de transparencia en busca de respuestas se llevará una enorme decepción. La concejal de Fomento, Laura Jiménez, ni está ni se le espera: se le pegó la lengua al paladar. Cada vez hay más dirigentes que creen que dar cuentas de su gestión consiste en escribir un tuit. Y lejos de realizar autocrítica, en el gobierno local se limitan a lamentar su mala suerte, a recoger firmas y a arremeter contra los criterios de Hacienda en el reparto de las ayudas.

A González le traicionaron el subconsciente y la desazón al señalar que no quiere pensar que la decisión haya sido política, porque no en vano Cádiz ha sido la provincia más beneficiada con ayuntamientos de todos los colores. Además de buscar culpables, su equipo haría bien en preguntarse si realizó bien el trabajo, desde la unidad y el conocimiento, o si dejó para última hora ese consenso tan necesario con las cosas de comer. La sensación reinante es que este gobierno pagó cara su inexperiencia, y en este sentido parece obvio que se precipitó al relegar a la mayoría de técnicos situados en el puente de mando de un Ayuntamiento cuya maquinaria estaba perfectamente engrasada y que ahora hace aguas. Tal vez si realizaran examen de conciencia ellos mismos concluirían que este relevo precipitado no ayudó a proyectos como los del programa Edusi. Cuanto menos les quedará la duda.

Podemos cayó desde el primer día en esa tentación tan extendida y antigua que consiste en no respetar el trabajo de los funcionarios que ocupan los cargos de mayor responsablidad para colocar a sus afines. Sin conocer aún a fondo la casa por dentro, apartó de la dirección técnica a personas muy cualificadas sin darles la oportunidad de mostrar su valía, empezando por el despropósito con el IFEF, el Instituto de la Mujer, Aguas de Cádiz, Deportes, Personal, Contratación... En las sociedades más avanzadas lo que funciona no se toca y mucho menos se exponen proyectos en función del partido que ocupe del poder. Pero por desgracia es la tónica en este país, aún a riesgo de dinamitar las inversiones y el porvenir. Si Podemos no hubiese esperado hasta ahora para oír todas las voces de la Corporación a fin de trabajar en el mejor documento posible, tal vez la suerte de estos 34.000 vecinos sería otra bien distinta. Pero hoy en lugar de contarles una bonita historia, sólo puede presumir de su caza de brujas. Para no dormir.

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