Los dolores y los parados

Así se llega hoy al Viernes de Dolores más triste que recordamos. Son los siete dolores del coronavirus

Hoy es Viernes de Dolores. En la provincia de Cádiz ya han muerto 19 personas a causa del coronavirus. Son pocos, si los relacionamos con los fallecidos en España, que son más de 10.000. Es evidente que habrían muerto muchos más si los gaditanos no estuvieran confinados en sus casas, si no hubieran cerrado casi todas las actividades económicas de la provincia, que han considerado como no esenciales. ¿No esenciales? Bueno, depende. Han hundido a la industria, al turismo, a la construcción y a los servicios de la provincia. Y han causado otra consecuencia nefasta. Cádiz es la provincia que ha perdido más afiliados a la Seguridad Social, más de 30.000; y es, porcentualmente, la que ha perdido más empleo por el coronavirus.

Estamos, además, en un momento crucial del año, cuando iba a comenzar la temporada de playas, cuando iban a abrir los hoteles. Son pérdidas irrecuperables, se trata de ingresos estacionales, de ahora o nunca. Las circunstancias lo han forzado, y se ha aumentado por la mala gestión que ha tenido el Gobierno para frenar la pandemia. Ahora la única solución ofrecida es encerrarse y esperar. También esto pasará. Pero miles de familias se quedarán en la miseria y con pocas opciones para recuperar una parte de lo perdido. No es casualidad que las zonas más turísticas (la Bahía de Cádiz, la costa noroeste y Jerez) sean las más castigadas por el paro de marzo. Y lo peor para el desempleo aún está por llegar.

En estas condiciones tan duras hemos llegado a otro Viernes de Dolores. En Cádiz, la VOT de Servitas hubiera salido a las calles con esa Virgen Dolorosa que es una de las devociones históricas y más entrañables de los gaditanos. En estos días previos han mantenido su septenario, en esta ocasión seguido y rezado a distancia, por los textos que han enviado cada día a sus hermanos y devotos. Así se llega hoy al Viernes de Dolores más triste que recordamos.

En San Lorenzo se quedará la Virgen. Su corazón está traspasado por los siete puñales de sus Dolores. Esos siete dolores que la abruman son hoy los siete dolores del coronavirus. Los enfermos que han muerto en soledad, algunos por descarte; los hijos y nietos que no han podido velar a sus mayores en los entierros; los médicos y personal sanitario que se contagian y luchan sin medios suficientes; los militares y fuerzas de seguridad; los transportistas y empleados de mercados; los que ayudan a los pobres; los mayores, adultos y niños encerrados…

Hoy es Viernes de Dolores. Son dolores en el corazón, que se sienten más que nunca.

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