El Alambique

Carlos / Díaz

La distancia es el antídoto

DICEN que la distancia es el olvido. No dudo de que sea así en algunos casos, como las relaciones de pareja a las que parece referirse la frase. Pero no ocurre lo mismo con tu tierra. Cuando las circunstancias de la vida te alejan de tu lugar de origen, aunque sólo sean unos cientos de kilómetros, todo parece recordarte a tu ciudad.

Empezarás a echar de menos algunas cosas en las que no te habías fijado nunca, que dabas por hechas. Las tapas de los bares no son iguales... si es que las hay. No siempre encuentras los mismos productos en los supermercados. Algunas se llaman de otra forma. El clima, la luz, los olores son diferentes. Las casas se construyen de forma distinta, el color de la tierra no es el mismo. No hay mar, no huele a mar.

Luego está lo del acento. Si te has ido los suficientemente lejos, y por poco acento que tengas, se te notará a la legua que eres andaluz. Siempre que te entiendan hablando, esto yo lo veo como un súper poder. Entre otros estereotipos, los andaluces caemos bien y somos muy simpáticos. Para alguien como yo, que no soy especialmente gracioso (preguntadle a mis cuñados), era algo maravilloso. Con cualquier tontería la gente se partía de risa. Lo dicho, súper poderes. Tras un tiempo, sin dejar de añorar tu tierra, empiezas a apreciar algunas cosas. Sin darte cuenta, poquito a poco Madrid, Barcelona, Valencia empiezan a ser también un poco tuyas. Me dicen que esto puede pasar incluso con Sevilla y Jerez, aunque tengo mis dudas. Así que más viajar y menos nacionalismos, por favor.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios