El Gobierno, buena parte de la oposición, la patronal, los numerosos expertos en economía, editorialistas y los directivos de las grandes compañías no han parado de ejercer de profetas de la catástrofe, del hundimiento del sistema de pensiones, para reforzar sus medidas en pro del alargamiento de la edad de jubilación. Sin embargo, cuando una gran corporación, o una gran empresa pública, se encuentra en dificultades o simplemente diseña un plan de viabilidad para su futuro, no hay proyecto en el que no figure la prejubilación de buena parte de sus empleados, con mejores o peores condiciones. Pero casi siempre se garantiza que el trabajador pueda alcanzar la edad de su jubilación definitiva en buenas condiciones. Decenas de miles de personas se han beneficiado de esa doble vara de medir según se trate de 'mis empleados' o simplemente de los esforzados españoles.

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