La desescalada

Las medidas acordadas por el Gobierno son las que los expertos sanitarios consideran necesarias

Al "palabro" usado por el Gobierno, para reglamentar nuestras ocupaciones y diversiones, que no está reconocido en el diccionario de la Lengua, le viene de perlas lo que le cantaban en carnaval a la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez: "Teo, Teo, hasta el nombre tienes feo". El nombre será feo, pero no más que Kichi o Momo, por citar el de dos alcaldes recientes y a los alcaldes hay que juzgarlos, no por su nombre, sino por su gestión. Dicen que eso de la desescalada es una ocurrencia del asesor del presidente Sanchez, Iván Moreno, que tampoco puede presumir de nombre de pila, aunque sirva para hacer el mal chiste de que "y ya van 4 prorrogas del Estado de Alarma", que durará, por lo menos hasta el 25 de mayo, o hasta que se encuentre la vacuna.

Las medidas acordadas por el Gobierno son las que los expertos sanitarios consideran necesarias, pero la desescalada prevista no ha sido bien recibida, en general, por los partidos de la oposición y autonomías, e incluso algunas de las gobernadas por el PSOE, ni por los empresarios afectados, especialmente hoteleros, bares y restaurantes. Porque para acordarlas no se ha consultado a la oposición ni a los sectores afectados, lo que vienen haciendo desde la primera declaración del Estado de alarma y por ello, cuando en el Congreso hay que ratificar la medida acordada por el Gobierno, en cada ocasión tiene menos votos. Tampoco favorece el clima de entendimiento lo que ha declarado la vicepresidente 4ª, Sra. Ribera de que "quien no se sienta cómodo que no abra", refiriéndose a bares, restaurantes y hoteles.

El concejal Martin Villa, de IU, pretende otra vez cambiarle el nombre al Estadio Carranza, que ya intentó en anterior ocasión. Este cambio de nombre se planteó en 2017 y se quedó en nada, con la condición implícita de eliminar el nombre de pila, del título, aunque todo el mundo sabía que León Carranza se lo dedicaba a su padre. En su crónica del Diario, dice Willy Doña, que los de IU y el alcalde querían ponerle el nombre de Fermín Salvoechea, anarquista, que fue alcalde de Cádiz y del que no se conoce ninguna afición deportiva, ni menos al fútbol. Para recordarlo, basta con su retrato, que está en el despacho de José María González, actual alcalde, que lo colocó, donde antes estaba el de S.M. el Rey. Anuncia el Ayuntamiento un proceso participativo para decidir el nuevo nombre, que contará con la opinión de la ciudadanía y de los aficionados del Cádiz. Los comentarios recibidos a la encuesta, por ahora, no son favorables al cambio de nombre, pero si se empeñan, todo se andará.

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