Tribuna libre

Francisco Molina Orihuela / Hermano Mayor De La / Cofradia De La Piedad

¿Es desconocimiento o ganas de enredar?

En Tribuna Libre de Diario de Cádiz de fecha 5-XI-2009, Juan Piña Batista, párroco de Santo Tomás de Aquino, manifiesta que "el (Sr.) Obispo Ceballos Atienza, ha roto lo establecido en la Diócesis de Cádiz-Ceuta…"

Sr. Piña: cuando las normas quedan caducas o se demandan cambios según las circunstancias, éstas pueden ser derogadas, y la única autoridad eclesial que puede hacerlo es quien está legitimado para ello, hasta el último día de su mandato.

Sr. Piña, ¿ha incluido Vd. entre las voces a las que se refiere en su manifiesto a las que durante mucho tiempo se han manifestado a favor del acuerdo adoptado a través del Decreto de fecha 2 de octubre de 2009, tan acertadamente y Gracias a Dios? Aparte del sentido religioso y siendo bondadoso, ¿ha pensado Vd. en el bien común? Y me refiero a las familias que se beneficiarán de la medida.

Está muy clara una vez más su manifiesta repelencia a todo lo relacionado con el movimiento cofrade y olvida que éste forma parte de la Iglesia, practicando entre otras cosas verdaderas obras de caridad, virtud de la que Vd. demuestra una falta total, no ya para con los cofrades, sino con aquel al que debe máxima obediencia y compenetración para cumplir debidamente sus obligaciones pastorales dentro de las líneas marcadas por la Iglesia local.

No entro en valorar la liturgia del Sábado Santo, puesto que no me considero la persona adecuada (no soy cura como Vd.) si bien tengo mi propia opinión al respecto, opinión que me reservo, ya que no es mi objetivo entrar en una dialéctica que no deseo.

El Sr. Obispo no ha roto absolutamente nada de nada, Sr. Piña. Ha optado por atender a una gran parte de la Iglesia local en sus peticiones, para bien de todos. Y demostrado está que la medida tomada ha sido sopesada con suficiente tiempo, porque aunque como Vd. dice, la medida "rompe la práctica eclesial establecida unos años después del Concilio", puede considerarse que simplemente se vuelve a un estado anterior, ya que dicha práctica fue suprimida entonces, pero nunca prohibida.

Sr. Piña, si los cultos externos "no siempre sintonizan con la liturgia eclesial", Vd. mismo deja una puerta abierta a una posibilidad. Esta es la tomada con muy buen criterio por el Sr. Obispo.

Sr. Piña, ¿se atreve Vd. a decir que el Sr. Obispo tiene desconocimiento práctico de la vida parroquial? Bien sabemos todos que para la preparación del templo que nos ocupa (que sólo es uno en Cádiz y no precisamente el que Vd. dirige), el de la Santa Cruz, reúne las condiciones necesarias para tener todos los preparativos litúrgicos con la suficiente antelación; y dada la magnifica disposición de su párroco para con las Hermandades, todo se solventará sin aspavientos y buena voluntad, de la que Vd. demuestra estar muy escaso.

Y refiriéndome a las demás parroquias que puedan estar afectadas (que desconozco cuántas pueden ser), a buen seguro que, salvo excepciones como la suya, si las hubiera, también han recibido el Decreto en cuestión con alegría y jubilo cristiano, señor párroco.

Sr. Piña, dice Vd. que "un buen número de creyentes no entenderán que no puedan adecuar sus templos..." A esos creyentes, con todos mis respetos, bien podría Vd. instruirlos en el entendimiento y en la buena fe cristiana.

Por cierto, debería Vd. aclarar a qué alternativas se refiere, a las que previsiblemente puedan optar esos creyentes que no puedan preparar la magna liturgia del Sábado Santo, donde toda la Pasión queda olvidada con la Resurrección del Hijo de Dios, Cristo.

En otro orden de manifestaciones, pone Vd. en duda lo lícito y lo legítimo. Explíquese mejor, señor párroco; si es lícito, ¿cómo puede ser ilegítimo cuando quien legisla está legitimado? Le recuerdo que los nombramientos surten efectos desde el día de su emisión hasta la fecha de cese. Creo que es claro, e igualmente justo, que el Sr.Obispo desee realizar su labor pastoral oídas las voces que claman por el cambio, hasta el último momento de su mandato.

Hace Vd. un flaco favor a la Iglesia con manifestar públicamente lo que se debe consultar al Consejo de Presbiterio. Creo que ello debe ser asunto interno de la curia; además, opino que no debería dudar en público de lo que es eclesial o no lo es. Creo, señor párroco, que esta actitud no le aporta muy buena imagen, si bien la externa parece que es magnífica.

Finalmente, no creo que el Senatus sea el galardón más apropiado para quien en todo momento ha demostrado derroche de caridad cristiana, buena voluntad y fe en su labor pastoral.

Creo que con una gran ovación, que desde estas líneas le dedico en nombre de los cofrades de nuestra Iglesia local, bastará para que nuestro Sr. Obispo lo recuerde con el cariño y la sencillez que le han caracterizado siempre.

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