EL Cádiz no fue capaz de ganar en el campo del colista. Jugó en El Carpio, ante el filial del Córdoba y desperdició una gran oportunidad de acercarse a la cabeza. El equipo de Agné volvió a decepcionar. Ante un rival bisoño, se dejaron empatar en el minuto 90, después de que Airam hubiera puesto el marcador favorable (y no muy justamente, por cierto), a falta de 10 minutos para el final. Para colmo, en la prolongación el propio Airam tuvo una clarísima ocasión para el 1-2 que desperdició. Pero lo peor no fueron esos desaciertos defensivo y ofensivo de última hora, sino la incapacidad manifiesta del Cádiz para superar a un rival inferior.

El Cádiz había salido con Josete de lateral zurdo y Belfortti y Fran Pérez como centrales, junto a Ceballos en la derecha. Pero con la lesión de Fran Pérez, hubo que realizar un cambio nada más empezar. Entró Dalmau, que se colocó en la derecha, con Ceballos de central. Quizá porque la anterior experiencia de Dalmau por la izquierda no convenció a nadie. A todo esto, Perico, que marcó el mejor gol del Cádiz-Almería B, había sido descartado y se quedó fuera del partido.

En toda la primera parte, el Cádiz apenas creó peligro. No se entiende que esto pase con tanta frecuencia, esa inhibición de tantos minutos, como si los jugadores no estuvieran preparados para aguantar los 90 minutos a pleno rendimiento. El Cádiz, en realidad, sólo creó peligro en la segunda parte, especialmente a partir de la entrada de Gato, que sirvió más o menos como un revulsivo.

En una jugada aislada, marcó Airam, en el minuto 80. Pero no se puede olvidar que, antes de ese gol que daba ventaja a los cadistas, el filial del Córdoba había estrellado dos balones en la madera. También Alejandro realizó un paradón. Iba 0-1 por casualidad.

Al final, el empate evitó una injusticia, porque el Cádiz no había merecido ganar el partido. Pero es lamentable que llegara en una falta peligrosísima cometida en el minuto 90. Que un equipo con varios futbolistas mayores de 30 años cometa ese error ante un filial, dice mucho sobre la actitud y los despistes. Es verdad que a la desesperada, pudo ocurrir casi un milagro, pues Airam lo tuvo todo a su favor para marcar de nuevo en el minuto 92. Pero eso es un síntoma más de que el Cádiz achuchó cuando el partido se le había puesto difícil, precisamente por no haberlo sabido ganar antes.

Siguen pasando las jornadas y continúa esa sensación de que este Cádiz no termina de arrancar con solvencia y soltura. Esta vez no tienen la excusa de haber jugado con uno menos. Gracias a que en Carranza se han conseguido más puntos que la temporada pasada, no está el Cádiz otra vez en una situación de absoluta mediocridad. Los equipos de arriba ya se están perfilando. Y se está viendo que el nivel de exigencia para el Cádiz debe ser muy superior. No basta con lo que le estamos viendo hasta ahora.

El problema para Raúl Agné es que no basta con poner excusas o vender humo. Eso le valió en según qué circunstancias. Pero este Cádiz se supone que se ajusta más a lo que él buscaba. Y a fecha de hoy, ya está a seis puntos del líder.