EXPERTOS dicen que el debate del próximo lunes entre Rubalcaba y Rajoy decidirá sobre el 1,5% del electorado. No, no, del electorado no, de los votantes, de los que tienen decidido ir a votar pero no saben a estas alturas si votarán a Rubalcaba, votarán a Rajoy o a ninguno de los dos. El 1,5% es un número significativo, ya lo creo, por eso el debate tiene una gran importancia. Luego habrá otro debate, por lo menos otro gran debate, e importante. Rajoy ha elegido a Ruiz Gallardón para el segundo y Rubalcaba a Jáuregi. Moderado frente a moderado. Los otros tres serán Erkoreka y Pere Macías (Durán, nuestro amigo, el que viene a hacerle fotos a los bares de la Andalucía del PER, se ha arrugado). No sabemos el designado por el grupo IU, ERC e ICV. En definitiva, el uno y medio por ciento se juegan en estos debates, nos dicen, lo que bien mirado da una mayoría absoluta.

Los días que vienen estaremos oyendo del debate a dos, y el del debate a a cinco. Y ahora mismo sesudos y conspicuos expertos están estudiando desde la iluminación al color exacto de la corbata. Claro está, y lo que conviene decir, conviene no decir. Con todo lo demás, el nivel de agresividad, la manera de mirar a la cámara y al interlocutor... Y a lo que se puede comprometer uno sin que luego se lo restrieguen por la cara caso de no hacerlo. ¿Le dirá alguien a los candidatos que lo suyo, en esta ocasión, es decir la verdad, no mentir, no esconder los hechos en las palabras, contar lo que hay, lo que se espera y las recetas propias? Es que el uno y medio puede subir al doble, o más, si uno de entre todos es capaz de traspasar la visible barrera de la simulación, del amagar y no dar, del sembrar dudas razonables y perder el tiempo en circunloquios. Esto es, alguien que diga lo que dijo Churchill a sus compatriotas en los días trágicos de los bombardeos alemanes, o lo que escribieron en el cartel de lo que la Patria puede hacer por mí y lo que yo puedo hacer por la Patria, la Patria, qué palabra...

Más claro. Rubalcaba, por ejemplo, que ha venido haciendo concreciones como la supresión de las diputaciones. ¿Hará público en este debate el compromiso de aligerar el Estado? Pero cuantificándolo, no haciendo bla bla bla. ¿Y Rajoy se atreverá a decir lo que secretamente tienen intención de hacer si llega a la Moncloa? Digo "intención de hacer" por la persuasiva letanía de las palabras que se dicen ahora y lo que se hace luego, cuando se gobierna, como en Castilla-La Mancha, o Madrid.

Esperamos mucho de este debate. Votar, sobre todo.

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