Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

En la cumbre

España tiene un problema de configuración política que la pandemia ha evidenciado con toda su crudeza

Si no fuera porque volvemos a estar donde nunca pensamos que íbamos a volver, si no fuera porque presentamos los peores datos de Europa sin que parezca que haya capacidad de reacción, si no fuera porque el miedo vuelve a palparse en las calles y nadie duda de que esto va para largo, algunas de las cosas que estamos viendo serían para hacer chistes. Sin ir más lejos, lo que ocurrió a principios de esta semana en Madrid con la reunión entre el presidente del Gobierno y la presidenta de esa comunidad. Empezando por la parafernalia de encuentro en la cumbre entre dos jefes de Estado que van a poner fin a una situación de guerra ante un mar de banderas de las dos potencias, siguiendo con los discursos huecos, llenos de lugares comunes - "Madrid es España dentro de España", parece que dijo ella- y que dejan ver a las claras que si no se hubiera producido no habría pasado nada y terminando por el tratamiento de gran acontecimiento que le dimos todos los medios, con la palabra tregua como la más destacada en los titulares.

Conclusión: España tiene un problema serio en su configuración política. O mejor, ya lo tenía, pero no queríamos verlo y la pandemia lo ha puesto con toda su crudeza delante de nuestros ojos. Ya no hay forma de mirar para otro lado. No podemos tener el país dividido en pequeños estados ineficaces e incapaces de coordinarse entre ellos ni con el poder central. No podemos tener 17 modelos sanitarios ni 17 sistemas educativos cada uno funcionando como una isla mientras somos impotentes para encontrar respuesta como sociedad a una situación de máxima emergencia. Las autonomías han sido un éxito en muchos asuntos porque han acercado la gestión a los problemas. No es cuestión de poner la Constitución patas arriba. Pero en otros aspectos, en los que de verdad configuran un sistema de Estado, habrá que repensarse muchas cosas. En la sanidad y la educación es evidente.

Estos seis meses de coronavirus han dejado claras algunas cosas que hasta ahora estaban en una especie de nebulosa sin que nadie se atreviera a ponerlas abiertamente encima de la mesa. Con la pandemia se han demostrado limitaciones que son necesarias corregir. El problema que se nos va a presentar es si la actual clase política va a ser capaz de acometer la tarea o vamos a seguir por tiempo indefinido dándole vuelta a los mismos asuntos. Si el nivel lo ponen el Pedro Sánchez y la Isabel Díaz Ayuso que vimos el lunes en la Puerta del Sol, mal lo vamos a llevar.

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