El cuarto oscuro del PSOE

Ruiz Boix no es famoso por su capacidad de empatizar, pero su ambición y su mayoría absoluta le han aupado al poder

El retrato del nuevo PSOE gaditano empieza a fijarse en su cuarto oscuro de revelado, allí donde los dirigentes negocian las cuotas de poder fuera del alcance de los focos. Los cargos fijos en juego, hoy por hoy, son contados: tres socialistas irán al Parlamento, otros tres al Congreso y al Senado, una docena de sillones esperan dueño en la Diputación y poco más. Un botín tan codiciado como escaso, que originó la batalla fratricida más lamentable por el poder provincial, hace apenas un año, retransmitida en directo como un reality show de la política más chusca. Al PSOE no le resulta fácil acostumbrarse a que esto es lo que hay desde que perdió la Junta... y podría ser peor si perdiera la Diputación en las municipales. De esta suerte, la escena durante la negociación podría herir de tal forma la sensibilidad del espectador, que se agradece que no salga a la luz lo que en el fondo es público y notorio.

Irene García liderará la lista al Parlamento, y su sustituto al frente de la Diputación no será otro que su rival -y sin embargo compañero- Juan Carlos Ruiz Boix. Puede que algunos de los críticos que auparon al poder al alcalde de San Roque se engañaran a sí mismos creyendo que se conformaría con liderar la lista del PSOE al Congreso, como se dijo. Incluso puede que él lo llegara a pensar en voz alta. Pero es imposible controlar un partido desde Madrid por muy secretario provincial que seas, sobre todo en una provincia tan sobrada de identidad local. Ruiz Boix presidirá el Palacio provincial, como indican todos los manuales, porque además cualquier otro nombre habría roto los equilibrios. A priori, su capacidad de empatizar no figura entre la mayor de sus virtudes, pero se ha hecho con el poder porque le sobran ambición y tiempo y le avala una mayoría absoluta. Si llega a proclamar su objetivo el primer día, en vez de jugar a ver qué pasa aprovechando cada resquicio, no le habría resultado tan fácil. Pero entre los descartes, la inapetencia de unos y la incapacidad de otros, le ha salido la jugada redonda y a sus socios se les vio muy cómodos tras él, sin exponerse.

Irene García agotará los tiempos antes de coger su acta, a la espera de ver en qué posición quedan los suyos en el Parlamento, y las nuevas caras y las estructuras de poder no se visualizarán en Cádiz hasta medio plazo. El cometido de José María Román es quizá la única duda razonable porque la capacidad y el conocimiento del alcalde de Chiclana es sólo comparable a la delicada posición en la que le deja su derrota junto a Irene. Será difícil que abandone la vicepresidencia, pero no tanto que Ruiz Boix incorpore perfiles en un área con tanta proyección como es Turismo. Los socialistas podrían exhibir por una vez generosidad y buena cintura porque el ambiente amenaza con un cambio de ciclo electoral y cualquier error no forzado podría ser letal para sus intereses. Bastante han arrastrado ya su imagen en los últimos meses como para exponerse otra vez a la luz, saliendo del cuarto oscuro justo en el peor momento.

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