Comienza el nuevo curso político y la realidad y problemas de nuestra provincia no han cambiado sustancialmente, siendo los mismos que antes del verano. Si Cádiz suele presentar los peores índices económicos (desempleo, industria, inversiones, etc.) con respecto a la media nacional, no es de extrañar que la actual crisis tenga consecuencias dramáticas para muchos gaditanos y gaditanas. Las previsiones de aumento del desempleo tras el periodo vacacional y los últimos datos sobre la desventaja que tenemos en la media de salarios y pensiones son buena muestra de ello.

A estas alturas, no nos tiene que caber ninguna duda de que sólo la salida de la crisis por la izquierda garantiza la defensa de los intereses y derechos de los trabajadores y de la mayoría de los ciudadanos, una salida que debe dar lugar a un nuevo modelo productivo basado en: la creación de empleo estable y de calidad, la sostenibilidad medioambiental, la intervención pública en la economía y el desarrollo y potenciación de la protección social y los servicios públicos.

No obstante, nuestra provincia viene sufriendo una crisis mucho más larga que la actual, que se remonta décadas atrás y que tiene su origen en el modelo de desarrollo que el PSOE en los ámbitos andaluz y provincial ha impulsado: apuesta por los sectores vinculados al ladrillo y al turismo inmobiliario; progresiva desindustrialización; abandono de la agricultura o sacrificio de la protección medioambiental en favor de mejores condiciones competitivas.

A pesar de lo complicado de la actual situación, para Izquierda Unida la provincia de Cádiz tiene arreglo, es posible hacer las cosas de otra forma. Por eso nuestra organización en Cádiz viene movilizándose y seguirá trabajando para aportar perspectivas diferentes y caminos alternativos a fin de construir una provincia que no sea tan dependiente de los vaivenes del sistema económico global y apueste por el fortalecimiento de sectores con mayor valor añadido para el futuro.

Frente a los grandes debates que a buen seguro marcarán el curso político que comienza en nuestra provincia (Bicentenario, AVE, segundo puente, etc.), nosotros abogamos por dirigirnos a los verdaderos problemas de la ciudadanía gaditana: más y mejor empleo, vivienda y educación dignas y accesibles, sanidad e infraestructuras públicas y de calidad. Esto se traduce en medidas como la puesta en marcha de Planes Provinciales para el Fomento del Empleo Juvenil y Femenino, de Planes Comarcales de Vivienda, de una Red de Atención Primaria que multiplique los centros de salud públicos, por la apuesta de un modelo de agricultura que sirva de motor de desarrollo en los municipios rurales y frene la pérdida de empleo y calidad de vida de dicha zona, por la financiación de la conexión ferroviaria de las dos bahías y la mejora del sistema de transporte público en toda la provincia.

Sin embargo, el tema estrella que lamentablemente marcará la agenda de todos los grupos políticos durante los próximos meses será la grave situación de crisis que atraviesan los Ayuntamientos. Las instituciones locales están pagando el pato de la crisis al encontrarse con una creciente demanda de servicios y protección por parte de los ciudadanos, a la vez que sufren un sistema de financiación local que no se revisa desde 1977 y que impide la toma de decisiones estratégicas para el desarrollo local. Para cambiar todo lo que tiene que ser cambiado, el año pasado nos encontramos a pie de calle con aquellos sectores de la ciudadanía activa que se movilizaron por sus derechos. En un país en el que los beneficios se privatizan y las pérdidas se socializan, los trabajadores no pueden seguir pagando los efectos de la crisis. Este año vamos a seguir combatiendo las políticas neoliberales y privatizadoras que tanto el PSOE como el PP han incorporado a sus programas de gobierno. Las débiles e ineficaces reformas que intenta poner en marcha el Gobierno no pueden desviar la atención de la necesaria transformación de nuestro modelo productivo y de desarrollo. Ya no queda margen, o se adoptan de manera urgente medidas que ayuden a mejorar la situación económica de los ayuntamientos, o en los próximos meses asistiremos a situaciones dramáticas que supondrán pérdida de empleo y de prestación de los servicios básicos a los ciudadanos en ayuntamientos de todos los colores políticos.

En Izquierda Unida apostamos por hacer de la política un ejemplo ético de gestión pública, no un refugio de mediocres y corruptos. En este curso político queremos encontrarnos con todos aquellos gaditanos y gaditanas que crean en la necesidad de los valores y propuestas de la izquierda para la transformación social y el avance institucional. Es fundamental que trabajemos juntos porque no podemos perder ni un minuto más en solucionar los problemas que hacen de nuestra provincia la última fila del vagón de cola de Europa.