La fábula

Juan / antonio / micó

No hay crisis, hay retraso

LA palabra crisis aparece en España se hable de lo que se hable: economía, política, valores democráticos... Todos hablamos de crisis, tanto los que nos gobiernan como los gobernados. Ante cualquier contratiempo, contestamos "estamos en crisis". Si algo no funciona decimos "estamos en crisis", y si no queremos hacer algo decimos algo peor: "lo siento, pero estamos en crisis". Sin embargo, muy pocos hacemos por reflexionar si más que en crisis, nuestro país lo que está es muy retrasado con respecto a las maneras de funcionar de otros países que no están en crisis. España se ha retrasado mucho en su funcionamiento como país con respecto a otros países más o menos similares a nosotros en economía, educación, valores democráticos y justicia. Nuestra sanidad, sin embargo, siempre (hasta ahora) ha estado entre las mejores. Aplicando esta reflexión a la Universidad, hay que decir que "no hay crisis, hay retraso". La universidad española, en su funcionamiento, es de lo más obsoleto que se pueda uno imaginar. Para entender esta situación habría que haber estudiado o trabajado en universidades extranjeras, situación bastante escasa entre nuestro profesorado actual. Las universidades españolas no están en crisis, lo que están son muy retrasadas en su funcionamiento con respecto a las universidades (públicas) de Europa. Mientras que las universidades europeas haciendo reformas han ganado en competitividad hasta extremos que no sienten la crisis, las reformas en nuestras universidades han servido para hacerlas menos competitivas. En las universidades españolas hay mucho escaparate. Parece mentira que la universidad, que debería ser el motor de la innovación y el progreso, en cuanto se quiere hacer algo nuevo te encuentras con un montón de normas obsoletas e incomprensibles, reglamentos inservibles, comisiones y más comisiones que sirven para poco. Si la universidad española quiere resolver sus problemas tiene que cambiar muchas cosas y correr, ya va con demasiado retraso. Los escaparates sirven para atraer al cliente y aparentar, pero luego sirven de poco si dentro no encuentras lo que buscas: calidad y productos innovadores y competitivos.

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