Envío

Rafael Sánchez / Saus

En la crisis como en la guerra

UN efecto colateral de la manipulada Memoria Histórica es el reverdecimiento del interés por el desarrollo de la Guerra Civil y sus protagonistas. Sin ser un apasionado del tema, que me provoca siempre una gran desazón, desde hace algún tiempo he dado en repasar viejos libros y leer alguno de los muchos recientes sobre la cuestión. Me interesa ahora especialmente el bando rojo, que es sobre el que se pone el acento desde hace años, y me parece que la gran pregunta sigue siendo cómo la República pudo perder una guerra que al principio tenía tan fácil. La Historia no se repite nunca, pero los hechos del pasado son observatorio y escuela maravillosa del presente y del futuro. Por eso, mis lecturas sobre la Guerra Civil me han hecho llegar a la conclusión de que es altamente probable que el Gobierno actual, que se siente y presenta como heredero moral de los del Frente Popular, pierda la guerra contra la crisis económica que nos está hundiendo.

En efecto, es asombroso el paralelismo de la actuación del Gobierno de la República ante la guerra de 1936 con el del Gobierno del Reino de España ante la crisis económica de 2008. Primero, la incapacidad para prever lo que se preparaba, más aún, hacer lo posible, por torpeza y ceguera, para que el malestar se hiciera insoportable. Luego, al estallar el conflicto, tratar de quitarle importancia al levantamiento, minusvalorar al enemigo y asegurar su inmediato aplastamiento. Después, cuando las cosas empezaron a torcerse, negar las derrotas, culpar de los desastres siempre a otros, dilapidar el oro y los recursos de la nación, y hundir la moral de combate con la pérdida de credibilidad y las continuas mentiras. Más tarde, cuando las cosas se pusieron difíciles, abandonar la iniciativa, apelar a la simple resistencia numantina, creer en el poder taumatúrgico de la propaganda y confiar en que la solución vendría del exterior, a través de la extensión de la guerra a Europa, como hoy se espera que la salvación de la crisis venga de la reactivación de la economía mundial. Nos falta un último episodio: el del sálvese quien pueda, dejando en la estacada a los suyos -que ahora somos todos- y abonado el terreno para un largo predominio de sus enemigos -que hoy son el paro, la ruina y la deuda exterior.

En la vida uno tiene que tener cuidado con quien toma por modelo, porque puede terminar pareciéndosele y hasta repetir su suerte. El PSOE de ZP ha revivido y asumido en estos años más que las ideas, el êthos (carácter, costumbres, cultura…) de los tiempos republicanos, mitificando personajes y momentos que, en el mejor de los casos, sólo merecen un piadoso olvido. Esperemos por el bien de España que el fracaso de los abuelos no haga inevitable el de los nietos, aunque mejor sería que entre todos hiciéramos imposible el paralelismo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios