El Tiempo Un inesperado cambio: del calor a temperaturas bajas y lluvias en pocos días

La azotea

Manolo / Fossati

El estado de las cosas

AL parecer, cada vez hay más gente, en este país y en el mundo, satisfecha con el estado de las cosas, estas, las que tenemos. Es esa abundante y mayoritaria gente que recrimina con condescendencia al que propone algo mínimamente rupturista. Utópico, iluso o aún peor, buenista, son los adjetivos que suelen caer sobre esas otras personas a las que no les parece que las cosas estén también, incluso que muchas están reclamando a gritos un cambio claro. Aquella mayoría opinadora suele advertir a estos utópicos, mientras se produce la desigual lucha, de que la realidad acabará convenciéndolos, ya sea por las buenas o por las malas. Y, tras la más que frecuente derrota de estos partidarios del cambio, suelen exhibir la sonrisa satisfecha y proferir la socorrida frase hecha: "Ya se lo decíamos nosotros". Pero si el utópico logra su objetivo, son los mismos que, ay, no tardan en sumarse al carro.

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