El refrán castellano que inicio en el título, quiere significar que las buenas maneras no demuestran cobardía y puede aplicarse al insólito suceso acaecido en el Congreso de los Diputados, cuando un diputado de Podemos, Alberto Rodríguez, gastó parte del tiempo de su intervención en despedir al diputado del PP por Cádiz, Alfonso Candón, diciéndole que se le echaría de menos y aumentó el elogio calificándole de buena persona "que pone calidad humana a este sitio". No es que el suceso sea insólito, es que es tan extraordinario que un diputado de una formación despida a otro de un grupo no afín, reconociéndole una virtud, que el refrán que más conviene al suceso es otro, también castellano y que se usa con frecuencia, en nuestra tierra: "de estos cocos, pocos" tan vulgar que ni siquiera es reconocido en los buscadores de internet, ni en los libros de refranes. Pero seguro que usted, si es o vive aquí, lo habrá oído y su simple enunciado ahorra la explicación de la enorme escasez de aquello a los que se aplica.

No busquen ustedes alguna explicación maliciosa. El diputado portuense, que fue alcalde del Puerto de Santa María y que deja el escaño de Madrid para ocupar uno en el Parlamento andaluz (por cierto; ¿qué les ocurre a los "culinquietos" diputados del PP gaditano, uno, que deja el escaño andaluz para seguir en la alcaldía de su pueblo como es el caso de José Ortiz otro como el elogiado Candón, que cambia el Congreso por el Parlamento de Sevilla?) y el diputado canario han coincidido en una comisión parlamentaria de Trabajo y Seguridad Social, que no debe ser la más propicia para que hagan amistades políticos de distintos partidos, como sería la Comisión de Festejos del Parlamento. Siguiendo en la búsqueda de la explicación, pudiera ser que gaditanos y canarios siempre se han llevado bien. Era Cádiz, cuando se viajaba poco en avión, el puerto de llegada y de salida de la península y muchos canarios se doctoraron en Medicina y Cirugía en nuestra facultad. No solo el color amarillo, que no consideramos de mal fario, como ocurre en el teatro, nos une, sino también carnavales y algo del acento en el habla, mas próximo entre gaditanos y canarios que gaditanos y otros andaluces.

Lo que tenemos que desear es que el ejemplo se prodigue. Estamos hartos de las broncas intervenciones. El suceso al que me refiero ha causado sensación. No se trata de que un Parlamento, se convierta en unos juegos florales. Pero las buenas maneras y el elogio al adversario, que impere la cortesía parlamentaria, es lo mejor que puede ocurrirle a un Parlamento.

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