fernando santiago

El corazón helado

En lugar de quejarnos podríamos volver a usar las clásicas bandejas y producir los cubitos en casa

Cuenta una leyenda urbana que durante muchos años entraba en lo que entonces se llamaba Estadio Carranza un tipo con una barra de hielo al grito de "¡Pal bar!", momento en el que los porteros le abrían paso, con lo que conseguía colarse en el fútbol, una las fantasías recurrentes de los aficionados que veían el partido desde la pasarela de Loreto , se subían a las torres, hasta que pusieron la visera dejaron de verlo gratis desde los edificios circundantes como recordaban "Los cubatas". En aquella época se enfriaban las bebidas con hielo picado en neveras donde los camareros tenían que meter el brazo hasta el codo. No había problemas con los cubitos de hielo por la sencilla razón de que no se usaban . O mejor dicho, la gente llenaba bandejas de agua para hacer cubitos en el congelador sin necesidad de comprar bolsas de hielo industrial. En lugar de quejarnos de que en el Mercadona solo dejan llevar tres bolsas, podríamos volver a usar las clásicas bandejas y producir los cubitos en casa. Eran costumbres más económicas y, si me apuran , más respetuosas con el medio ambiente. Desconozco el motivo por el cual la gente hace acopio de bolsas de cubitos de hielo, como tampoco comprendía el motivo por el que se atesoraban los rollos de papel higiénico, que el mundo no se acaba porque no haya cubitos de hielo. En Andalucía se ponían persianas de esparto y se regaban las casas con una manguera durante la noche para que bajase la temperatura, incluso había gente que salía a dormir a la terraza o a la azotea, a charlar a la puerta de cada casa "a la fresquita", en sillas de enea. En Cádiz nos permitíamos esperar a la llegada de la noche para que la brisa nocturna llegada del mar aliviase la temperatura. Écija era la sartén de Andalucía y la gente sobrellevaba el calor a base de abanico, cobijo y botijo. Vale que el aire acondicionado es un gran invento que mejora la calidad de vida, pero no es ningún drama si se pone a 25 o 27 grados. Es evidente que sin chaqueta y sin corbata se pasa mejor el calor, aunque no es necesario que el presidente del Gobierno haga alarde de informalismo, basta con ir en mangas de camisa (con uno o cuatro bolsillos , tanto da) siempre que el protocolo lo permita. No sé quién es el asesor de Pedro Sánchez pero muy espabilado no es, incluso diría que no parece español por la cantidad de majaderías que se le ocurren. En medio de una crisis climática con una inflación galopante dedicarse a hablar si lleva o no lleva corbata no es muy inteligente, es normal que la gente se tome a broma el resto del mensaje. Será difícil en el futuro que nadie haga un artículo como el de "Nieva en Cádiz" de José María Pemán, o el poema de José Hierro "ojú qué frío, los andaluces".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios