La AZOTEA de

Melchor / Mateo / Mmateo@ Diariodecadiz.com

La condición humana

UNO se tiene que morir para que le lleguen los reconocimientos, esa es la maldita condición humana. Nos podemos llevar media vida mofándonos o poniendo verde a alguien, muchas veces sin conocer a esa persona a fondo, y cuando esta se muere se nos hace un pellizco en el estómago y caemos en la cuenta de que se ha perdido demasiado tiempo en el envoltorio sin llegar más allá de lo que se pone delante de nuestros ojos. Juan Antonio Lamas fue despedido ayer entre ovaciones cuando su cuerpo era trasladado al Cementerio Mancomunado y no dudo que el año que viene recibirá un aluvión de coplas. Lo mismo al corista le hubiera gustado que ese reconocimiento le hubiera llegado en vida, que es cuando se disfrutan las cosas. No fue el mejor corista ni autor, sufría en el concurso una manía persecutoria que no le hacía ningún bien, pero al igual que otros muchos, dedicó muchas horas a este Carnaval ingrato con demasiada gente.

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