Yo te digo mi verdad

La cómoda juventud de hoy

Generalizamos a la juventud como si todos y cada uno de los millones de jóvenes fueran iguales

Uno de los vicios, entretenimientos o diversiones más comunes entre la gente de mi edad es el de criticar a los jóvenes, señalando su actitud cómoda, su desinterés o las facilidades que han tenido en la vida, comparándolas con lo mal que lo pasamos nosotros. En definitiva, para concluir que no están preparados para afrontar dificultades, y señalarles que nosotros sí que nos merecemos lo que tenemos, pero que eso hay que ganárselo.

Recientemente, personalidades tan destacadas como la presidenta madrileña y el escritor Pérez Reverte han expresado sonadas opiniones en la misma línea de la manida "cultura del esfuerzo". No estoy en este mundo desde los tiempos primeros de la Humanidad, pero intuyo que este fenómeno se viene repitiendo durante todas las generaciones que el sol ha visto sobre la Tierra.

Que esta actitud viene de antiguo lo demuestra aquel famoso texto de Sócrates: "La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores, y chismorrea mientras debería trabajar. Los jóvenes ya no se ponen de pie cuando los mayores entran al cuarto. Contradicen a sus padres, fanfarronean en la sociedad, devoran en la mesa los postres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros", escribió hace 2.500 años. Aristóteles redactó cosas parecidas, y hay evidencias semejantes en viejísimos papiros egipcios.

En realidad, la auténtica actitud cómoda es hacer análisis de este tipo, por mucho que presumieras de vivir en los alrededores del siglo de Pericles.

Generalizamos a la juventud como si todos y cada uno de los millones de jóvenes fueran iguales, y casi siempre, desde la posición del que ha alcanzado sus supuestos objetivos. Detrás de eso suele haber alguien que cree saberlo ya todo. Pero más bien lo único cierto es que ese tipo de afirmaciones no son nada originales, ni trabajadas, ni producto de un gran esfuerzo mental precisamente. Y a mi modo de ver, tan desacertadas como las que, creyendo hacerle justicia, insisten en alabar a la juventud actual como "la generación más preparada de la Historia" y en eximirles de toda responsabilidad sobre su futuro. O las que, viniendo del otro lado más juvenil, culpan a sus mayores por el "mundo que nos van a dejar", como si estos no hubieran tenido bastante problema, en su inmensa mayoría, con sobrevivir al que se encontraron.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios