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La comida triste

La forma de vida mediterránea, eso de parar un poco para descansar todos los sentidos, tiene muchos beneficios

Comer siempre ha sido para mí una diversión y creo que el almuerzo y todo el acto social que lleva consigo es una de las particularidades de lo que llamamos vida mediterránea, una forma de comportarse, de vivir, que al parecer cuenta incluso con el respaldo de las estadísticas que dan mayor esperanza de vida a las sociedades que practican este modo de estar.

Comer para nosotros es hacer una pausa. Se crítica que demasiado amplia, porque no es solo engullir, sino que significa también disfrutar, sobre todo de la compañía de los demás. No sólo es el placer de comer, sino practicar otros verbos como compartir, reir, hablar o convivir…atención a este último verbo que algunos solo quieren conjugar en pasado.

Porque digo todas estas pamplinas, pues porque estoy viendo un nuevo fenómeno nacer que me produce una gran tristeza y son esos comedores que están poniendo lo supermercados y donde se coloca un microondas, unos vasos de papel, unos tenedores de usar y tirar y donde la gente en envases aplasticados, incluso sin platos, comen con el propósito de perder el menor tiempo posible en eso de la alimentación y también hacerlo barato, o, al menos, con apariencia de baratura, que esa es otra.

Los gurús de esto del tiempo, esos que probablemente no han disfrutado nunca de un almuerzo en familia, siempre defienden suprimir esa pausa que hacemos para comer, para así "no perder tiempo" y hacer más productiva la jornada laboral. Probablemente se ganará tiempo en el trabajo pero se perderá tiempo de vida y de convivencia.

Ver a la gente casi engullir, más que comer, en estas condiciones me produce tristreza, no lo puedo evitar. Estas grandes multinacionales del consumo están siempre dispuestas a hacerse con cualquier parcela de nuestra vida y ahora luchan también por competir con los salones de las casas o con esos bares que ofrecen el menú del día para también dominar esta parcela de nuestra vida…por si ya no controlaran bastante.

No le voy a decir a nadie cómo y dónde tiene que comer, cada uno puede hacer lo que quiera, pero creo que la forma de vida mediterránea, eso de parar un poco para descansar todos los sentidos, tiene muchos beneficios que deberíamos tener en cuenta. Poco a poco la globalización nos hace ir perdiendo costumbres. Ojalá luego no nos arrepintamos.

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