El balcón

Ignacio / Martínez

2.0 cofrade

EL próximo sábado se constituyen los nuevos ayuntamientos. En las negociaciones pesan requisitos de los recién llegados: regeneración, limpieza, transparencia... También reducir contratos a dedo para que los aparatos de los partidos dejen de ser oficinas de colocación a costa de las instituciones. Pero hay algún clamoroso silencio. Desaparecida UPyD, nadie habla de las diputaciones. Cuestan más de 23.000 millones de euros al año y son un modelo de solapamiento institucional. La Constitución de Cádiz estableció que en cada provincia hubiese una diputación "para promover su prosperidad". Y la Constitución de 1978 creó las autonomías sin eliminar la organización territorial anterior, una clara duplicidad administrativa. Más de tres décadas después las delegaciones provinciales de las comunidades autónomas o los ayuntamientos podrían realizar todas las funciones de las diputaciones, con menor gasto.

Joaquín Sabina ha contado en alguna ocasión que su padre antes de morir se preguntó de dónde sacaban tanto dinero las diputaciones. El cantante añade socarrón que él mismo ha dedicado toda su vida a desentrañarlo, pero que se va a morir también sin enterarse. Seguro que lo saben quienes las han presidido y disfrutado de sus holguras presupuestarias. Hace unos años, en un coloquio entre alcaldes de capitales, Rodríguez-Comendador (PP) y De la Torre (PP), coincidieron con Monteseirín (PSOE) en recordar con nostalgia sus etapas al frente de las diputaciones de Almería, Málaga y Sevilla. De alcaldes tenían más trabajo, más control y menos liquidez: o sea, peor vida.

Un servidor se hace una pregunta similar a la del padre de Sabina: ¿Para qué sirven las diputaciones? La Diputación de Málaga ha organizado en la capital un curso de community manager cofrade. Lo hace en La Noria, organismo que nació en 2013, año europeo de los ciudadanos, con la noble idea de convertirse en fuente de innovación social para los sectores más vulnerables de la población, especialmente la infancia y la juventud. En definitiva, con la aspiración de luchar contra la pobreza y la exclusión social, y mejorar las expectativas de futuro de quienes tienen toda la vida por delante. Bonito proyecto que se ha quedado en poca cosa.

Otros planes de esta diputación han tenido mejor suerte: como la Térmica, un moderno espacio cultural con sede en la capital; el nuevo Caminito del Rey, en el Desfiladero de los Gaitanes; la Senda Litoral o Sabor a Málaga, una marca gastronómica. Proyectos tan meritorios como realizables por otras instituciones sin otro menoscabo que el presupuestario. Incluido el 2.0 cofrade.

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