Ha muerto Scott Walker. En los 60 fue una estrella juvenil y luego alternó algún pequeño éxito con interesantes experimentaciones musicales. En 1969 se atrevió con Jacques Brel y versionó su divertidísima canción Las chicas y los perros, por la que ambos, a día de hoy, serían lapidados al amanecerde cualquier 8-M: "Rosas como la luz, oscuras como la noche y siempre tienen razón". En definitiva, mejor tener un perro que tener una mujer, que no deja de ser más poético que quien prefiere tener un tanque a tener una mujer. Creo que la lírica de Brel o de Walker en canciones más afortunadas (insisto, ésta es bastante divertida, escúchenla) merece que se les perdone el pecadillo. Y diría que hemos avanzado, que hoy nadie escribiría una canción así, sino fuera porque no es cierto. Es peor. Letras de regaetoon, una mierda de ruido, ensalzan la posesión y la violación. Lo siguen millones. Eso sí es ideología de género y temible.

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