El caso Romaní

Como escribo un artículo de opinión en este 'Diario' no puedo hurtar la mía sobre el caso del concejal popular

No conozco a Ignacio Romaní más que de vista y creo no haber hablado nunca con él, aunque sí conozco a su padre. Pero no se trata de un desconocido para mí, ni para nadie en Cádiz, cuando durante este mandato municipal ha sido portavoz de su grupo, PP, el más votado en las últimas elecciones y que ha gobernado la ciudad muchos años. Sí que conozco personalmente a Pedro Ingelmo, periodista y le conozco desde hace muchos años, desde sus tiempos de Diario de Jerez y ahora en Diario de Cádiz y tengo de él muy buen concepto, en su doble vertiente de periodista y de persona. De Romaní, su trayectoria y su condición de portavoz del grupo municipal su partido, lo avalan suficientemente.

Soy consciente que opinando de este tema me pongo en situación de grave riesgo de enfadar a uno u otro, o los dos, pero si yo escribo los sábados un artículo de opinión en este Diario, no puedo hurtar la mía, muy consciente de que como no soy el Juez Supremo, que siempre acierta, no quedarán contento ni el concejal, ni tampoco el periodista.

Empezando por este último, Pedro que tiene una de las mejores plumas de los periodistas del Grupo Joly, por su concisión y solvencia de sus informaciones, creo que sus relatos sobre este tema no son suficientemente claros. Las he leído detenidamente, no una sino varias veces y no acabo de enterarme de qué se le acusa exactamente al Sr. Romaní. Precisamente de esto se queja el aludido, que pide una denuncia concreta para tener la oportunidad de defenderse. Parece quedar claro que "el informe del tutor de la tesis de Romaní contenía varios desfases temporales". Este es el titular de la información de la edición del día 9, pero en la del día anterior, lo que se dice es que el informe de aguas de Cádiz entregado por Romaní fue manipulado, sin decirse por quién. Basta con la mención del abono de 42.000 euros, a un observatorio creado por el director de su tesis y el recuerdo de la tesis de Cifuentes, para dar lugar a comentarios injuriosos y calumniosos, vertidos por lectores, como complemento de la información del Diario.

Le honra al periodista su reacción contra las pintadas en la casa del concejal, escribiendo un artículo que critica la actitud de los que hicieron las pintadas, pero todos debemos tener conciencia que en un clima de crispación, como parece estar surgiendo hoy, una chispa puede originar un gran incendio. No se trata de de coartar la información, sino ejercitarla con claridad. Dice el concejal que necesita una acusación, para poder defenderse. Debe procurársela.

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