El Tiempo Un inesperado cambio: del calor a temperaturas bajas y lluvias en pocos días

la corredera

Antonio / Morillo

La caracola

ME han contado un viaje por Grecia. ¡De pena¡ huelgas por todas partes, los edificios oficiales, cristales rotos y llenos de pintadas, manifestaciones por doquier…hasta el Partenón de lástima, sucio y solitario. Imagen patética. Y yo me pregunto qué sensación tendrán los extranjeros que contemplen nuestra España: incendios forestales de miles de hectáreas, campos de futbol saboteados, mendicantes buscando cáscaras en los contenedores de basuras, un diputado y acompañantes robando en los supermercados, muchedumbre asaltando nada menos que el Congreso de los diputados, manifestantes pisoteando a un policía en el suelo, un presidente de Comunidad blandiendo la bandera de la independencia, huelgas y más huelgas…¿más? Esta es la imagen actual de Spain.

Mientras, el gobernante dice que no hay otro camino que los recortes y el opositor dice que nanay de la China. Uno dice que el Estado federal. Otro que las 17 Comunidades españolas tienen más autonomía que los 16 Land alemanes federados. ¿Unos y otros sordos a las opiniones del contrario?

Desde la más remota antigüedad el hombre se comunica con señales de humos, con silbidos, con banderas, con cañonazos, con caracolas…Acabo de leer una historia hermosa. Un barco romano o fenicio hundido ha sido hallado a 15 metros de profundidad, lleno de ánforas y entre varios objetos una caracola marina que el vigía usaba para alertar a otros de arrecifes peligrosos. El arqueólogo logró tocar la caracola, que bajo el mar llevaba dos mil años en silencio.

Soñé que la pedí prestada, para clamar a unos y a otros, para que no choque nuestra España en los arrecifes, para que la hagan llegar, pese a las tormentas a buen puerto. Y la bocina, que pegada la oreja sólo rumoreaba el mar, no se perdió con el viento. Al parecer al conjuro de aquella caracola milenaria, unos y otros que estaban como Ulises, atados al palo mayor de la nave, abstraídos en sus propias convicciones, para no escuchar los cantos de sirena, despertaron en la reunión de presidentes autonómicos y se pusieron de acuerdo. ¿Será verdad? Afortunado presagio para no acabar… como la Grecia.

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