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El cambio en los apellidos

En Cádiz el alcalde pasaría a ser José María Santos, un apellido que le quedaría ideal para las medallas

Hay que ver la que están formando con el orden de los apellidos. Dicen que es una conquista de la igualdad, lo mismo te da. A partir del 30 de junio, se suprimirá la prevalencia del apellido paterno sobre el materno, de modo que el orden será por consenso mutuo. Le pueden poner antes a la criatura el apellido del padre o el de la madre. Y si no hay acuerdo, ¿quién lo decide? Al parecer, el funcionario o la funcionaria de turno, atendiendo al "interés general" del bebé. También lo podría sortear a cara o cruz, o decir que a él o a ella que lo registren. Y, además, que esto no es nuevo del todo. Desde el año 2000, previa petición, se puede alterar el orden. Y nadie se había quejado, ni han creado plataformas.

La culpa es de la trama y del sistema. Un apellido paterno siempre será machista mientras no se demuestre lo contrario. Así como uno materno debería ser feminista. Desde luego, los tiempos han evolucionado a mejor. En los países comunistas, como la URSS y sus satélites, donde el progresismo siempre brilló por su ausencia, cuando una mujer se casaba adquiría el apellido del marido, directamente. Igual que en otros países de Europa. Por ejemplo, si una muchacha se llamaba Teresa Rodríguez y se casaba con un muchacho que se llamaba José María González, ella pasaba a ser Teresa González, pero él no se cambiaba a José María Rodríguez. ¿Lo ven? Machismo del tiempo de los dinosaurios y las dinosaurias.

En España tampoco había buenas prácticas. Por ejemplo, si una tal Ana Botella se casaba con un tal José María Aznar pasaba a ser Ana Botella de Aznar, igual que Carmen Polo era Polo de Franco. Esto sí que era machista, hasta no poderse aguantar. Como si la señora fuera propiedad privada del señor. Como si el fulano la hubiera comprado en una tienda de señoritas casaderas.

El cambio de los apellidos es diferente. En Cádiz, el alcalde pasaría a ser José María Santos, un apellido que le quedaría ideal para las medallas y fastidiaría a los ateos. El PP podría presentar como candidata a Teófila Saiz, que podría confundirse con una sobrina de las nuevas generaciones del PP, pero que sería ella misma. Y el primer alcalde democrático de Cádiz sería el socialista Carlos Medina, que no tiene nada que ver con el de Línea 6, ni edita revistas. En cuanto a los hermanos Román, uno se lo podría dejar y el otro cambiarlo por Guerrero, y así nadie diría que es una familia sanchista.

Lo bueno de cambiarse el apellido es que permite una segunda oportunidad en la vida. Aunque vuelvan majaras a los del DNI.

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