Un buen plan para todos

Valcárcel sólo saldrá de su estado ruinoso para revitalizar el campus del centro desde el acuerdo y la lealtad institucional

La política gaditana no debería depender de las personas. Y no sólo porque no hayamos tenido suerte con nuestros dirigentes en los últimos tiempos, sino porque lo que determina una gestión sería y rigurosa es la continuidad en lo esencial. Podemos debatir sobre el mejor uso para Valcárcel, ya sea un hotel de lujo, como pensó la Diputación en su día, o una facultad de Educación. Lo que no admite discusión es que su estado de abandono es una ofensa y un síntoma claro de la incapacidad de la clase política para definir una estretegia a fin de impulsar tres o cuatro proyectos de calado.

Si la Universidad apuesta de verdad por ubicar Educación en el viejo Valcárcel para reforzar el campus en el centro histórico, a la vez que se rehabilita un edificio tan emblemático y se dinamiza una zona cada vez más deprimida -lo cual no deja de ser un buen plan- se acercará antes a su objetivo desde el respeto institucional, la lealtad y el consenso, que desde la confrontación. La complicidad y el diálogo garantizan mejores frutos que las exigencias a la Junta, a través de los medios, para que el proyecto aparezca en el Presupuesto. Sobre todo, cuando su capacidad en la presión es mínima, teniendo en cuenta que los fondos y la financión de la UCA dependen de la Junta. Además, al admitir que sería menos costoso y más cómodo construir un edificio de nueva planta que financiar el plan de Valcárcel, la Universidad asume que las reticencias de la Junta no son gratuitas. De esta suerte, acierta el rector Piniella al rebajar el tono para conciliar posturas, tras lo que parecía un ultimátum que aprovecharon gustosos la Diputación y el Ayuntamiento para alimentar la bronca política alejándose de los intereses de Cádiz.

Sólo con todas administraciones de la mano se enriquecerá el proyecto, por ejemplo, sumando los grupos de investigación de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, entre otros con gran prestigio. Cada institución, en paralelo, podría costear una parte , toda vez que la Junta no piensa financiarlo en solitario. La rehabilitación de Valcárcel podría acojerse a los fondos europeos; el Goberno andaluz podría construir el nuevo edificio que se proyecta junto al histórico Valcárcel; el Ayuntamiento se encargaría de la urbanización exterior; y la UCA, del aulario. El proyecto bien merece una pensada, principalmente, porque la Junta aún no tiene del todo claro qué hacer con Cádiz. Menos mal que se ha dado un pasito con la Ciudad de la Justicia, después de tres años de penosos trámites con el Ayuntamiento hasta que el Consejo de Gobierno ha aceptado el suelo que ha sido regalado para tan noble fin. ¡Tres años! En cambio en Sevilla no sólo se tardó mucho menos, sino que la Junta pagará 76 millones por los los terrenos donde irá su Ciudad de la Justicia. El Gobierno andaluz también ha de exhibir más sensibilidad y criterio. Y si no cree en el cambio de uso de Valcárcel, que lo diga. Eso sí, que exponga sus alternativas.

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