El botón del pánico

Se juega duro en estos días, muy duro. Y los ciudadanos sentados en la butaca comiéndonos las uñas

De aquí al jueves o hay una información fidedigna de que la Moción de Censura no va a tener éxito o el presidente Rajoy pulsará el botón del pánico. O sea, dimisión y convocatoria de nuevas elecciones no vaya a ser qué, el próximo lunes. O sea, en caliente. Porque algo tiene que pasar, no parece verosímil que Rajoy se quede haciendo la cobra a Pedro Sánchez, que va a por todas. Si no logra, de nuevo, ser elegido presidente de aquella manera, esto es, con un saldo de votos propios. Y los demás a precio de imposible y de ruptura interna.

Decía que todo, una vez más, está en la información, en poseer la información correcta. Y en la bolita de la ruleta, a ver en qué casillero se para. Porque si Pedro Sánchez cuenta con los votos del independentismo, Bildu, Podemos y los nacionalismos, no sé, puede que no cuente con algunos votos de su propia bancada, que no desean un escenario así ni de broma. Ni a Pedro Sánchez, pero eso lo sabe Pedro Sánchez. ¿Y España? En su "vivir desviviéndose", que decía don Américo Castro, al que siempre hay que seguir leyendo para entender algo.

Mi madre poseía una inteligencia extraordinaria plena de realismo. Lo verbalizaba con afirmaciones como la siguiente: "Un real vale una vaca, si no tienes real, no tienes vaca". Pero Pedro Sánchez no lo sabe esto, cree que el todo vale la parte y por eso pretende que, dado el pecado, así sea el castigo. Desconoce el peca "fortiter" al que intentó dar respuesta Lutero. Y puede que le falle el telémetro en cuanto a la distancia y el tamaño del dicho pecado. Pero es curioso, no va ciego él solo, de haber perdido vista, ha arrastrado a toda su Ejecutiva y, me temo, a gran parte de su partido. ¿Lo dejarán subir al Iwo Jima con una bandera que no han tejido en Sevilla? Se juega duro en estos días, muy duro. Y los ciudadanos sentados en la butaca comiéndonos las uñas. Porque Mariano Rajoy sigue siendo el desesperante presidente hasta la fecha y el que menos, sabe que la suma de magnitudes antagónicas no tiene futuro alguno.

No nos lo merecemos. Esto que sucede. No nos lo merecemos. Pero puede que la culpa sea enteramente nuestra. Porque no hemos aprendido del pasado, ni corregido los fallos de nuestras leyes ni impedido la ruptura de la convivencia. Y además hemos votado a quienes no lo merecen porque no llegaron para lograr nuestra felicidad sino para sumergirnos en la preocupación, enfrentarnos y darle la razón a todos los reaccionarios que dicen que la Historia se repite.

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