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Desde tribuna

José Joaquín León

Al borde del abismo

DOS veces han cometido el mismo error en esta temporada: poner en el banquillo a un técnico sin experiencia que no había demostrado nada en el filial. Con Calderón y con Raúl Procopio, el Cádiz B no ha pasado de la mediocridad, no ha estado nunca en puestos altos de Tercera, pese a tener una plantilla con ocho o nueve futbolistas que han debutado en el primer equipo, y además no habían sacado a ningún titular indiscutible de la cantera. Para poner a un entrenador del filial en el banquillo del primer equipo se lo tiene que ganar antes con criterio y éxitos, no darles esa responsabilidad a ver si suena la flauta.

El Cádiz de Raúl Procopio empezó ganando dos partidos. Fue un espejismo. En las cinco últimas jornadas ha conseguido un punto de 15, y sobre todo ha dado una imagen lamentable. Ayer se vio que este Cádiz no sabe a lo que juega. Moisés marcó el primer gol en una jugada elemental de estrategia, en un momento crítico, cuando el Nástic no había creado gran peligro hasta entonces. Y lo remataron en el último segundo del descuento, en una jugada de Calle, en la que se quedó solo. Ese segundo gol le daba ventaja al Nástic en caso de empate al final de la Liga.

En los últimos minutos, el Cádiz jugaba con tres delanteros centro (Dani, Manu Barreiro y Bangoura), más Natalio como apoyo y con el centro del campo roto. Había salido con Miguel de organizador, hasta que lo sustituyeron entre los abucheos del público, que no concibe como puede ser el cerebro del equipo un futbolista que le regala más de la mitad de sus pases a los contrarios. Yo no entiendo que hayan marginado a Parri, que a pesar de su mandanga, puede aportar control en partidos como el de ayer. Durante casi toda la segunda parte, el organizador fue Gustavo López, que da lo que tiene, pero no puede hacer milagros a su edad.

Este Cádiz es caótico, ha entrado en una dinámica funesta, que se debe cortar de raíz aunque sólo queden tres partidos. Uno de los principales errores de esta temporada que nos puede llevar a Segunda B ha sido el trueque del 10, Lucas Lobos, por Natalio. Porque este último es un futbolista de calidad, que nos hizo creer que aportaría grandes cosas en sus dos primeros partidos. Pero después se ha visto por qué no lo quería Unai Emery en el Almería: porque no hace nada durante muchos minutos. No es una figura, sino más bien un figurita. Excepto cuando se motiva, que al parecer no es siempre.

El Nástic, sin hacer grandes cosas, consiguió lo que no pudo el Cádiz. Sólo por un motivo, porque tiene a un técnico, César Ferrando, con más experiencia en el banquillo. Los experimentos pueden costar la Segunda B al Cádiz, que al parecer no escarmentó con el caso de Oli. Pero cuidado: no hay que tirar la toalla. Cuando algunos hablaban de ascenso y miraban hacia arriba, escribí varias veces que era mejor mirar hacia abajo, viendo lo que se veía venir. Y ahora, con 9 puntos en juego, creo que el Cádiz no está todavía en Segunda B. Aún hay posibilidad de reaccionar. Para ello es imprescindible cambiar esta dinámica negativa para los tres últimos partidos. Porque, si seguimos igual, a partir de septiembre tendremos como rivales al Portuense y el Marbella, entre otros.

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