El respeto al prójimo no debería estar regulado nunca por ley. Debería ser algo innato en las personas intentar, al menos, no faltarle el respeto a los que no piensan como uno mismo. Al final, por fortuna, la escenificación llevada al Falla por el Cascana no ha llegado a más, y ha quedado ahí como una anécdota más de un Carnaval que siempre brilla por su respeto. Pero no siempre ocurre esto. En Ceuta, a muy pocos kilómetros de Cádiz, varios integrantes de una chirigota tuvieron que renunciar a acudir al concurso de Carnaval. Unas letras cantadas en tono satírico parece que no fueron bien encajadas y les provocó una lluvia de desaires y amenazas que a muchos obligó a renunciar a salir en Carnaval. Algo no funciona y así lo demuestra el hecho de que España sigue estando entre los pocos países del mundo que siga condenando la blasfemia, junto a otros como Irán, Pakistán o Yemen, que de poco o nada sirven como ejemplo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios