El Pinsapar

Enrique Montiel

El año que viene

CAJA Sol ha puesto en las ventanillas de sus oficinas su ofrenda anual de solidaridad. Quién le iba decir a aquellos directivos de la desaparecida -por absorción- Caja de Ahorros de Jerez que su apuesta navideña "Así canta nuestra tierra por Navidad" sería un emblema y una herencia. Caja San Fernando continuó llamando al gran Parrilla de Jerez para su disco de villancicos flamencos. Hoy están todos, todas. Los mejores, las mejores. El resultado, no me cansaré de pregonarlo, es un regalo de apoteosis. No sólo para los muchos aficionados flamencos que somos en Andalucía y toda España, para todos, para toda la gente que, gracias a Dios, no ha perdido esa luz interior que se enciende en estos días, este recuerdo dulce de nuestros padres jóvenes, de los hermanos, de todos los diciembres en familia, de las ilusiones que se ponen en pie en estos días, y empiezan a caminar.

¿El año que viene? Dios disponga, y provea. Porque los mensajes que nos lleganý Digo que, por favor, las viudas, los parados, los mileuristas, las familias numerosas, los que buscan piso, los que pagan hipotecas, los que vienen contemplando la subida inmisericorde de la cesta de la compra, digo la humilde cebolla, la esbelta acelga, la blanca leche, el dorado pan, la carne, el pescado, la ayer modesta patata, la naranja a un euro el kilo, la manzana y la pera, el aceite, el agua, el vinoý Cómo, con qué.. Tenemos esta música, este compás alado, este cantar la esperanza que representa El Niño Manué, la Virgen y San José, los principios de nuestro mundo desde la raya de aquí de lo pagano, de lo antiguo, de lo que vino a remover aquel Niño enviado para nuestra salvación al que le cantan este año nuestra Mariana Cornejo, cantaora de la alegría, Antonio Reyes, Esperanza Fernández, Terremoto Hijo, Arcángel, Carmen Linares, El Peleý Es como una fogata en donde se quema lo malo -como la matita de romero- para que entre lo bueno, pero lo que llega el año que viene -nos dicen- es más de lo mismo que nos acontece en estas fechas en que todo sube y sube, aunque nos computen el plutonio y no las pijotas, o las sardinas y los boquerones, el marrajo o las zapatillas de estero, la harina o el vino con el que se brinda por la salud, el amor y la felicidad.

Cajasol ha puesto la primera piedra de la alegría de estas fechas en que vendrán los abrazos, las sonrisas francas, los buenos deseos, los reencuentros, las guirnaldas de nuestras calles. Cuando menos no cae la nieve y hay muchas mañanitas de sol en este diciembre de compás, de cante y de arte de nuestra tierra.

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