Editorial

La amenaza de Gürtel y los ERE

SEA con un aumento de la abstención, sea confirmando el respaldo a las nuevas formaciones políticas de la derecha y la izquierda, el hartazgo y la indignación de los ciudadanos con la corrupción en diversas esferas de la vida pública e institucional va a tener un efecto notable, aunque de difícil previsión, en las contiendas electorales previstas para este año. La primera, las elecciones andaluzas del domingo 22 de marzo. Ante estos comicios, y los que le seguirán hasta finales de 2015, las expectativas electorales de los dos grandes partidos españoles -hasta ahora- están mediatizadas por los numerosos escándalos de corrupción que han protagonizado algunos de sus militantes y dirigentes, y estarán sometidas a los acontecimientos que generen las causas judiciales en los que están inmersos. En el caso del PSOE, y muy particularmente en el PSOE andaluz, la instrucción de los sumarios de los ERE fraudulentos y de los cursos de formación irregularmente gestionados son dos procedimientos judiciales con numerosos cargos públicos -incluye dos ex presidentes de la Junta y varios ex consejeros- y afiliados socialistas en el ojo del huracán y pendientes de cualquier decisión de jueces, fiscales o tribunales que los ponga cerca del banquillo de los acusados. El 22-M supone, en este sentido, un buen banco de pruebas acerca de cómo contemplan los votantes andaluces este caso y qué consecuencias sacan del mismo de cara a su visita al colegio electoral correspondiente. En el lado del Partido Popular, el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz acaba de enviar al banquillo de los acusados -aunque el juicio no se celebrará hasta 2016, una vez cerradas todas las elecciones previstas- a cuarenta imputados en la trama Gürtel, una red de corrupción dirigida por Francisco Correa y que habría desviado 449 millones de euros de las arcas públicas en connivencia con determinados cargos públicos u orgánicos del PP y a través de una docena de administraciones regidas por los populares. Entre los imputados se encuentra el famoso ex tesorero nacional del PP Luis Bárcenas, así como sus dos predecesores en el cargo y la ex ministra de Sanidad, Ana Mato, aunque ésta como "partícipe a título lucrativo" de los negocios de la trama. Se trata sólo de una parte del caso Gürtel, la que procede de la investigación de los hechos supuestamente corruptos ocurridos hasta 2005. Por más que las direcciones actuales de PSOE y PP se entreguen a la labor de eludir el pasado y hacer borrón y cuenta nueva, la sombra de la corrupción anterior les persigue y se materializará de alguna manera en las convocatorias electorales de este año, que se desarrollarán en sus ámbitos naturales, pero con un ojo puesto en los juzgados.

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