CRONICA PERSONAL

Pilar / cernuda

¿Y ahora?

Ahora toca fajarse y tratar de salvar los restos del naufragio. Si se pueden salvar esos restos, que nunca el PSOE estuvo más destrozado. No se trata de partir de cero, sino de mucho más atrás, con actitudes difíciles de olvidar, relaciones personales que nunca podrán rehacerse por culpa de la maldita política, frases hirientes que dejan huella y afrentas ante las que no se puede pasar página.

Javier Fernández, presidente de la gestora y, por tanto, máximo responsable del partido hasta un nuevo congreso, tendrá que hacer un esfuerzo ímprobo para iniciar la remontada. Si es posible iniciarla.

El primer reto está ya ahí mismo: decidir en un próximo Comité Federal si se permite a Rajoy ser investido presidente o se va a terceras elecciones. Probablemente, será lo primero porque es lo que indica la lógica y porque, además, distintos miembros del llamado sector "crítico" se habían pronunciado en ese sentido antes de la dimisión de Sánchez, pero nada se puede dar por seguro hasta que se celebre la votación.

La idea que viene de atrás, de diciembre, era pasar a la oposición y tratar de reconstruir el PSOE con decisiones coherentes, posición tajante contra el gobierno pero cooperando en los asuntos vitales, y labrarse una imagen de partido de gobierno que nunca se debió haber perdido, recuperando el mucho voto huido hacia Podemos, que para los socialistas no es el partido que debe representar a la izquierda.

Hoy, si el Comité Federal adopta esa posición, un nombramiento cobra una importancia vital: la del portavoz parlamentario. Si siempre ha sido un cargo de la máxima relevancia, más lo es en esta nueva etapa, porque ni Javier Fernández ni Susana Díaz, los dos nombres de referencia en el PSOE de ahora, son diputados. No puede la gestora equivocarse.

El grupo parlamentario socialista ha bajado mucho de categoría porque Sánchez trufó las listas de incondicionales más que de personas de trayectoria, y hoy los buenos parlamentarios se cuentan con los dedos de una mano.

Antonio Hernando sería sin duda el mejor portavoz… Pero ha quedado contaminado por formar parte del núcleo duro de Sánchez. Sería una decisión inteligente confirmarle porque cumpliría bien el papel, mejor que cualquier otro, y porque supondría un gesto de conciliación entre críticos y sanchistas, pero… Pero. Hay diputados que han sido marginados por el equipo saliente y que esperan que ahora se premie su lealtad al sector que lleva tiempo diciendo a Sánchez no es esto, no es esto.

La palabra unidad se ha mencionado hasta la saciedad estos días, pero es más fácil pronunciarla que sentar las bases para alcanzarla. Las heridas sangran excesivamente, lo ocurrido los últimos días y las últimas horas dejan huella que duele. El PSOE necesitará que pase un tiempo para superar primero los agravios actuales y, después, para intentar resurgir de las cenizas.

Todo ello, con un Podemos al acecho para aprovechar la debilidad de su adversario.

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