La actualidad de Fu Manchú

Haría bien Europa, en su propio beneficio, en no abandonar a Rusia, a una Rusia post Putin, al abrazo de Fu Manchú

Lo decía el ex ministro García Vargas en entrevista reciente. El gran beneficiario de la matanza de Ucrania será China. No la Rusia de Putin, cuya economía es una economía jibarizada y frágil, y cuyos gastos bélicos actuales son difíciles de imaginar. Pero sí su vecino del sur, que ha declinado enfangarse en la contienda, acaso pensando en comprar el lote completo. Esto es, pensando en convertir a Rusia es un Estado tributario de la economía china. Mankell, el novelista sueco, trató en alguna novela del vasto influjo de China en el África oriental (Mankell vivía en Mozanbique la mitad del año); pero entonces, claro, lo atribuíamos a una licencia literaria, no exenta de verdad, y trufada de un cierto paternalismo europeo, probablemente equivocado.

Quiere decirse, entonces, que cuando acabe la destrucción de Ucrania, habrán sido derrotados los dos países. Ucrania, por motivos obvios, de naturaleza criminal, y Rusia, porque habrá gastado sus últimos recursos en reclamar una grandeza que lo encamina a la indigencia. Algo así como la España imperial de Carlos V, pero en su versión apocalíptica. La figura que se nos viene a la cabeza es, pues, la de Fu Manchú, aquel genio del mal, que encarnaba a un Oriente malvado y sinuoso (así es como lo imaginó Chesterton en La forma equivocada), y cuyo precedente más inmediato, también oriental, y también enemigo de las bondades occidentales en las colonias asiáticas, era el Capitán Nemo de Verne. Recordemos que tanto Nemo como Fu Manchú eran príncipes orientales, educados en Europa, cuya sobresaliente inteligencia fue aplicada contra quienes la formaron. Vale decir, contra el usurpador civilizado".

Con lo cual, no vamos a aburrir al lector insistiendo en la ocupación británica y francesa de la India, la guerra del Opio o la rebelión de los Boxers, de donde emergen ambos personajes literarios. Ni tampoco vamos a señalar el imaginario oriental, asimilado a lo puro, a lo enigmático, a lo instintivo y Otro, que atraviesa la historia de Europa y culmina en los siglos XVIII y XIX. Pero sí es lícito destacar este eco posmoderno: la tiranía china se ha convertido en un gigante tecnológico y en una plutocracia acaudalada, entre cuyos planes quizá se halle la adquisición, a bajo precio, del viejo solar eslavo. Haría bien Europa, en su propio beneficio, en no abandonar a Rusia, a una Rusia post Putin, al abrazo de Fu Manchú, cuando este largo y pavoroso crimen llegue a su término.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios