La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

¡Se acabó la pandemia!

Agresiones, estrés, suicidos... Hay una recuperación que no tiene que ver con la economía, los botellones ni el turismo

Elcomité de expertos lo acaba de hacer oficial: Andalucía ya está en fase de "normalidad". Nivel cero. Tasa mínima de incidencia, datos acumulados en continua bajada y presión hospitalaria a punto de caer de la barrera de cien. El frente sanitario vuelve a estar bajo control. Y con el factor diferencial que están significando las vacunas para romper la espiral de olas del Covid.

¿Se acabó la pandemia? Todos los titulares tienen letra pequeña: ni le podemos poner fecha de defunción ni hemos enterrado el coronavirus en una vitrina de museo. Aunque no sea eso lo que veamos en las terrazas y en los bares. En cuestión de días hemos recuperado las colas, las barras y las bullas. De los estadios de fútbol a las procesiones en las calles.

"Como si no hubiera un mañana". Es la frase que más he escuchado desde comienzos de mes; una especie de secuela de ese "lo siguiente" con que nos martirizamos como si fuera un "buenos días". Un carpe diem postpandemia que parece la celebración popular de los "locos años 20" que pronostican los economistas.

Andalucía ya lidera la recuperación del turismo a nivel nacional. Dicen desde la Junta que nos hemos convertido en el "motor económico nacional del sector turístico", que estamos por delante de Cataluña, Valencia o Madrid porque "se han hecho las cosas bien". ¿No es demasiado pronto para el triunfalismo?

Por el duro año y medio que intentamos dejar atrás y por el alto precio que vamos a pagar. No hablo de economía (con mejor o peor gestión, saldremos); hablo de intangibles. De lo tocados que nos ha dejado la pandemia. De lo agresivos que se han vuelto unos; de lo frágiles y hundidos que se sienten otros. Me contaban mis padres este fin de semana que una chica muy conocida del pueblo se ha tirado por un puente. El miércoles pasado, un psiquiatra me escribía cuando intervenía en La Hora de La 1 para trasladarme un dato de un colega internista que me estremeció: en la hospitalización de Trauma llevaba atendidos 5 jóvenes por politraumatismos secundarios a precipitación suicida fallida. Y, me decían, es sólo la punta del iceberg.

Hay una recuperación que no tiene que ver con jolgorios en pisos y botellones, que no encaja en un Excel ni en un cronograma. Estrés, angustia, ansiedad. No solo la atención primaria es una realidad maquillada como alertan los sindicatos... Pero luce más anunciar inversiones faraónicas, cortar cintas y parchear que asumir que la fiesta postcovid tiene los pies de barro.

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