Se abre la sesión

La política se ha travestido de espanto y nos ha dejado solos con un voto en la mano y el horizonte de una urna

Esta mañana comienza, ha comenzado, comenzará la nueva jornada del juicio de los EREs. Queda menos para que se cierren las sesiones y, por lo tanto, la sentencia se acerca. Me dicen que va a ser demoledora. No me creo nada. El mecanismo puede ser doble: o todo se hincha para que no sea tanto o se adelgaza para que no sea tanto. En definitiva, no será tanto. Es la esperanza de Susana Díaz. La corrupción en el entorno del PP se ha saldado con mucho bochorno y cárceles, y el motivo principal para el todos contra el PP que ha llevado a Pedro Sánchez a la Moncloa. ¿Lo de los EREs? Por lo pronto, esperar. Quedan los peritos y entender de miles de folios. Los detalles que vamos conociendo avergüenzan al más pintado pero la gente lleva una inercia. Es otro moscardón molesto. En definitiva viene a ser todo esto de la corrupción un asunto "de ellos", o sea, de los otros, "porque todos son iguales". Conviene oír a la gente para cerciorarse del espanto. El espanto de los lazos amarillos, el espanto de todas las corrupciones, el espanto de las pateras. La política se ha travestido de espanto y nos ha dejado solos con un voto en la mano y el horizonte de una urna en la que debemos hacer justicia. Mas digo "sólo con un voto" pero me percato enseguida de que es muchísimo. El voto y nuestra capacidad de convencer a otros de lo que vale ese voto, lo necesario que es llenar las urnas de votos que representen la justicia del pueblo. Oh, qué fácil es ponerse estupendo, ¿verdad? Traer al pueblo al discurso es el recurso primigenio pero en el nombre del pueblo se han cometido los crímenes más espantosos. El pueblo que no es uno a uno resulta siempre inquietante. Y uno a uno están siendo juzgados todos los investigados por la posible comisión de gravísimos delitos. Las condenas que procedan serán personales, no será condenado el gobierno de Andalucía ni el Título VIII de las Constitución vigente. Mucho más cuando los gobiernos de los EREs ya no gobiernan Andalucía. El efecto, las consecuencias, será el ejercicio de reflexión o de irritación que los ciudadanos pongan en el voto. Con mucho cuidado porque todo estaba sucediendo en un tiempo en donde el Parlamento de Andalucía no supo ver lo que estaba ocurriendo en la sierra de Sevilla o en la zona pirítica de Huelva. y el Parlamento está pensado y pagado para controlar a los gobiernos que puedan perpetrar EREs. O sea, actores y espectadores, deberían de hacer una profunda autocrítica.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios