La esquina

Xenófobos, racistas, fachas y demás

PRESOS a la vez del pensamiento políticamente correcto y del victimismo, nos encaminamos a pasos agigantados hacia la paranoia colectiva. No hay nada como un paradigma de maldad para envolver en él todo lo que nos incordia, explicar nuestros problemas y eximirnos de cualquier responsabilidad.

Los vendedores ambulantes de un mercadillo tradicional sevillano -entendiendo por tradicional lo que lleva unos años, no muchos, celebrándose- no pudieron abrir sus puestos un domingo de éstos a causa de las obras promovidas por una empresa pública de suelo, y ha bastado el incidente para que su portavoz haya denunciado: "El corte de los accesos tiene un componente xenófobo, por los daños económicos hacia el vendedor y por la vulneración de los derechos de los consumidores".

Vale, aceptemos que hubo daños a los ambulantes y que los usuarios no pudieron, ese día, comprar cachivaches a bajo precio, pero ¿un componente xenófobo? ¿Cómo es eso? ¿Acaso a los malvados directivos de la empresa o los capataces a pie de obra se les ha detectado un odio especial a los extranjeros? Y si es así, ¿son extranjeros los vendedores ambulantes o los clientes que acuden al mercadillo a buscar una ganga? Por lo que observo en los mercadillos, me inclino a pensar que no, que es público autóctono. Xenofobia, lo que se dice xenofobia, no existe en este caso. Quizás se ha confundido el portavoz y lo que quería expresar es que en las obras ha habido un "componente racista", porque numerosos vendedores son de etnia gitana, pero también hay otros que no, y los compradores, menos.

Yo creo que en este error de juicio delata la empanada mental en que nos movemos socialmente. Hemos llegado a un punto que toda víctima tiene que serlo a la fuerza de la xenofobia o el racismo, y no nos sirve que simplemente lo haya sido de una decisión administrativa o un error burocrático, igual que solamente se habla de violencia de género cuando un hombre mata a su mujer o ex mujer, pero no cuando sucede (menos veces) al revés, o sea, cuando la mujer mata a su marido o ex marido, igual que nos tentamos la ropa antes de decirle negro a un negro y estamos a un cuarto de hora de llamarle "hombre de color", igual que todo individuo que se declare partidario de que haya disciplina en los colegios será señalado como un facha sin remedio, igual que, en el lado contrario, quien defienda la ley del aborto a plazos será un herodes matainocentes, igual que un personaje o colectivo público que sea criticado por algún acto concreto se rasgará las delicadas vestiduras quejándose de que intentan demonizarlo o criminalizarlo...

¡Qué trabajo nos cuesta explicar las cosas como son!

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