Con la venia

Fernando Santiago

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Vuelve el sieso

La victoria de Salvador Illa en las elecciones catalanas ha demostrado que no hace falta ser simpático para tener éxito

La victoria de Salvador Illa en las elecciones catalanas ha demostrado que no hace falta ser simpático para tener éxito. En el tiempo asomado a las televisiones no se ha visto una sonrisa del exministro, para triunfar en política no hace falta ser entrañable. Vale, el Kichi ha fraguado así su victoria, a base de trinos, sonrisas y empatía, pero hay otros caminos . En la democracia española triunfaron Adolfo Suárez, Felipe González y el Rey Juan Carlos gracias a su encanto. Fracasó Fraga, que cada día nos metía una bronca. Pasó el tiempo y vimos que había políticos siesos en todos lados: Alfonso Guerra, tan altanero, José María Aznar, siempre con cara de enfadado, Julio Anguita, que nos reñía por cualquier cosa. Irrumpió Rivera como un chico joven y encantador, pero tuvo el contrapunto de Pablo Iglesias, siempre enfadado con el mundo aunque a veces se ponga jesuítico. Antes en realidad tenía a Errejón para dar el contrapunto, ahora con Monedero y Mayoral tiene a los tipos más desagradables de la política. Pedro Sánchez es Pedro el Guapo, pero fíjense ustedes que han tenido buena carrera Junqueras o Torra, que son el eslabón perdido. Diría que el pimpollo Casado, como dice El Ojo Izquierdo, simula bien, pero ahí tiene a Díaz Ayuso, siempre contra el mundo. Me malicio que Arrimadas es de ese tipo de gente que bajo la cara de muñequita esconde una política despiadada e implacable, como serían en la política provincial Ana Mestre, Teresa Rodríguez o Irene García, siempre con una sonrisa para matarte luego a besos, como practicaba Javier Solana. Manolo Chaves parecía ese tío que siempre que viene a casa se cuela con una bandeja de pasteles y te metía algún dinerillo en el bolsillo. Susana Díaz es de "chiqui", "canijo" y demás adjetivos que buscaban la cercanía para luego matarte. Juanma Moreno parece todo bondad pero ahí tiene a Elías Bendodo que es el malage oficial del Gobierno de Andalucía, con el Relojero de pagafantas. Si bajamos la mirada a la política provincial, en el capítulo de gente simpática podemos incluir a Bruno García, a Juancho, al Cossi, a Chiqui Jiménez Barrios, a Martín Vila, a Lola Cazalilla, Mamen Sánchez y algún otro. En este capítulo de los cariñosos, los empáticos, los entrañables a los que todo el mundo quiere dar un abrazo el número uno es el alcalde de Cádiz, el Rey de las Tres Cés. En el capítulo de siesos pondríamos al Tridente Malaje: Cherra, Paco Cano y Demetrio, con cara de llevar unos zapatos más pequeños de su número, a José María Román, tan correcto, tan preciso, tan serio, con su terno gris, lo añadimos. Pero el único sieso oficial soy yo. Me nombraron unos que se creían simpáticos y son peores que yo. Hemos vuelto.

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