La LOGSE ha sido una calamidad. Ha criado una generación de niños a la que no se les puede castigar porque es contraproducente, no se les puede encargar tarea fuera de clase, no se les puede reñir, no vaya a ser que cojan algún complejo. Al travieso le llaman hiperactivo, al gamberro que tiene no sé qué síndrome, los padres se ponen siempre del lado de sus hijos en cualquier conflicto cuando antes apoyaban al profesor, la administración educativa secunda a los padres en lugar de darles autoridad a los docentes y en las casas los chavales se crían con la televisión y los móviles en la mano. Cuando los chavales juegan al fútbol los padres en lugar de ir a verles van a increpar a los adversarios, al árbitro e incluso al entrenador propio si no pone a su niño. Cuando son mayores, esos mismos niños van a una Barber Shop en lugar de al peluquero de siempre, se ponen vaqueros rotos, se aficionan a Rosalía, imitan la estética de los futbolistas con tatuajes y piercings, se depilan (¡se depilan!) e incluso los más osados comen quinoa, kale, saben de vinos con sus añadas o sus pagos y van a degustar carnes maduradas durante meses. Digo más: el peor legado de Aznar no fue el odio que sembró entre los españoles o que nos llevase a la guerra de Irak para que le dieran un asiento en las Azores o en el rancho de Bush. Lo peor, con mucho, fue la desaparición de la mili que era donde se forjaban los hombres al son de las recias coplas de la patria. Como decía el Fary, ahora tenemos al hombre blandengue frente al macho remacho de antes. La gente flojea contraviniendo el consejo mejicano: si te afliges, te aflojan. Ya no quedan hombres en España. El espíritu recio y varonil que siempre destacó al hombre español se ha cambiado por las vocecitas femeninas interpretadas por contraaltos en la punta de las comparsas. Igualito que las agrupaciones de Paco Alba o de la peña Nuestra Andalucía, con esas voces recias y graves. Ahora se llevan los puntajurado con voces agudas, expresión inequívoca de que vamos por mal camino. Menos mal que el apóstol Santiago(Abascal) viene a lomos de su caballo blanco con Ana Peral a la grupa y con una espada tizona matando infieles para salvarnos de perroflautas y melindrosos al grito de una, grande y libre. Yo tenía un camarada entre todos el mejor, prietas las filas recias marciales nuestras escuadras van, arriba escuadras a vencer que en España empieza a amanecer. Marchemos todos juntos y yo el primero por la senda del Partido Tenebroso.

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