NO sé cómo no lo he visto antes. Ni sé cómo no lo han visto más personas (ayer, la cifra sobrepasaba las 3.700 y está en Youtube desde finales de septiembre).

El vídeo tiene momentos sobresalientes que pasarán a la historia audiovisual de esta ciudad y no es broma. Aún así, puede que se me escape algún guiño o doble sentido subyacente en el discurso del doctor narrador. Ese acento tan de aquí del que alquila los barquitos mientras embadurna con bronceador (o lejía) la espalda de una morena. Esas tildes que se ahogan en el mar. La Muerte disfrazada, psicópata, inocua y frustrada. Y ese logo oficial final, infernal, que creía ya extinguido desde poco después de ver la luz.

Insisto. No sé cómo no lo he visto antes y he aquí el problema que observo desde el principio. Si se trata de un video promocional, nacido para promocionar, cómo es que no se ha promocionado debidamente. No puede ser: porque habrá costado un dinero, equis, el que sea, y a los autores les dará rabia que su obra no sea vista: un vídeo tan portuensista, que rompe moldes y se aleja del típico corto documental oficial narrado bien por la voz estándar del castellano a lo Constantino Romero o bien por un andaluz forzado, falso y feo.

Ante el número de visionados, creo posible que los responsables primeros de la película no hayan querido darle publicidad, ya sea por temor a una burla sin cuartel, por cierto sentido del ridículo, o por miedo a posibles represalias electorales.

Si están contentos y orgullosos del trabajo, jolín, denle visibilidad. Si no, piensen que si se desatara una brillante y turbulenta polémica sobre el asunto, cara a la opinión pública, no dejaría de tener su lado positivo a nivel promocional. Imaginen si saliera en algún programa de ámbito internacional, aunque sea para reírse de él. Así que, ya no hay vuelta atrás; démosle un empujón, a ver si aumentamos las visitas.

Está en la página web municipal, por cierto. Y en Google pones 'calidad de vida certificada en el puerto', y sale. No es coña.