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Tribuna Libre

José Rodríguez Carrión / /

¡Vaya si podemos!

ESTOY de la abdicación y del referéndum, hasta la mismísima punta del pelo por no decir cosas más gruesas. Desde luego España y los españoles somos distintos. Ahora hay quien se está haciendo famoso por pedir un referéndum para decidir si República o Monarquía. Ese parece ser estos días el único problema del país. Y lo seguirá siendo hasta que comience el Mundial de fútbol y todos estos nuevos líderes de la tierra se den cuenta de cuáles son las verdaderas prioridades de quienes ahora tanto les jalean. Pero escribo estas letras porque me parece increíble que teniendo seis millones de parados, escuchando a diario como nuestros niños desfallecen en los colegios por falta de alimentación, viendo como se imputan a políticos de todos los partidos y de todas las condiciones, y sobre todo, sabiendo que los políticos son el segundo problema del país para los españoles, todavía no he visto a ninguno de estos abanderados de la democracia proponer medidas concretas para atajar la sangría del paro, ni presentar ninguna moción para que las instituciones públicas alimenten a esos niños desvalidos y hambrientos, ni plantear encerrarse en el Congreso, el Senado o los ayuntamientos hasta que todos los partidos expulsen a cuantos cargos públicos o afiliados tengan imputados por corrupción. ¿Qué pasa, que cambiando de Monarquía a República se acaban nuestros problemas? Y cuando pase el referéndum, si lo hubiera… ¿con qué nos entretendrán para ocultar su ineficacia, su falta de ideas para el día a día y, sobre todo, su inoperatividad para proponer solución a los problemas que de verdad preocupan a los españoles?

Estoy harto de que no se respete a quienes votamos en referéndum el sistema político actual. Estoy enfadado porque quienes se llaman adalides de la democracia no respeten los resultados de las elecciones de hace dos años. ¿Qué pasa, que los diputados no representan al pueblo? Pues si algunos opinan así ¿qué leche hacen que no se van de ese Congreso al que no respetan? El problema es que muchos de los que ahora claman por la democracia ya han nacido en ella y quizás cuando se tienen las cosas no se valoran. Es por eso que les exijo respeto para quienes hace unas décadas renunciaron a sus privilegios para que otros pudiesen alcanzarlos, y para aquellos que tuvimos que correr muchas veces, y no siempre indemnes, para salvarnos de aquellos grises que querían detenernos por intentar conseguir lo que entonces era una sueño: democracia y libertad. ¡Todavía resuena aquel grito del profesor Sanz Zamorano en el Villamarta durante la proyección de ElGranDictador! Todos ellos, con su sacrifico en mayor o menor medida, hicieron posible la consolidación de la democracia que ahora tenemos y que desde luego no es menos válida porque algunos no fuesen entonces grandes líderes de la libertad. La libertad ya la tenemos, y no nos la socava la Monarquía. Nos la quebrantan los políticos corruptos, los partidos que los encubren, quienes pudiendo hacer no hacen nada por atajar el paro y la miseria, los que no respetan las reglas de juego, y quienes se creen superiores a los demás por haber tenido una oportunidad de formarse que otros no pudieron alcanzar por tener que trabajar para conseguírsela a futuras generaciones.

No, en estos momentos, para mí, la Monarquía no es un problema, como tampoco lo es la República. Para mí es un problema que pretendan engañarme y marearme haciéndome creer que seré más libre y tendré menos problemas por poder elegir entre lo uno u lo otro; cosa que por otra parte ya hice en su día, pues fui uno de los que consiguió escapar de aquellas carreras y golpes y pude votar en referéndum. Tampoco es que me oponga a que se haga un referéndum, pero ya puestos, y dado que hay tantos defensores de la democracia absoluta y de que el poder reside en el pueblo (supongo que también será así en las elecciones generales, municipales, europeas, etc.. ¿o eso no cuenta?), lo que sí pienso es que ya que nos ponemos a la faena de organizar una consulta, podríamos preguntar a los españoles si echamos a todos los políticos que tengan causas pendientes, si disolvemos ese Senado que solo sirve para que los partidos liberen a algunos militantes a nuestra costa, si le damos la independencia a quienes se quieren ir y allá se las avíen con sus ingresos, si impedimos que se presenten a las elecciones quienes nos engañen en las elecciones y luego no cumplan su programa electoral, etc.

Entretanto, lo razonable será que se respeten las reglas de juego que nosotros mismos nos pusimos, y quien quiera cambiarlas, que de los pasos necesarios para ello. Ya no somos niños para seguir con aquello de que si no se aceptan mis normas, no juego. No, ya somos mayorcitos, ya ni nos acordamos de tiempos pasados, salvo para evitar que se repitan errores. ¡Nunca más hermanos contra hermanos! Hemos conseguido llegar hasta aquí en paz y debemos seguir trabajando por seguir así. Con el tiempo todo se demuestra mejorable, la Constitución sin duda hoy puede ser muy diferente a aquella que nos hizo entrar en la democracia. Hoy ya estamos acostumbrados a la libertad y a decidir por nosotros mismos. Si se puede mejorar, pónganse a ello quienes deban hacerlo y preséntennos algo mejor que lo que tenemos. Por lo menos algo que no suene a cachondeo como lo del derecho al trabajo, a la vivienda, etc. Pero que sea una Constitución para mejorar nuestras vidas y la de quienes nos sigan, no solo para decidir si queremos un Rey que no gobierne o un presidente que sí lo haga.

Es cuestión de aprovechar el gasto y no solo preguntar por Monarquía y República. Claro que lo realmente peligroso sería hacer la pregunta de si queremos políticos o no. ¿Se atreven con esa pregunta? Adelante. Ahí podrán ver que los españoles, puestos a hacer la puñeta… podemos. ¡Vaya si podemos!

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