El Vaporcito de Noé

En su actual estado el Vapor está irreconocible. Parece el Arca de Noé un siglo después del diluvio universal

Este artículo se lo dedico a José Ramón del Río, gran cliente del Vaporcito y el Catamarán, que esta tarde presenta su libro de artículos Desde el Fénix en el Casino Gaditano.

Hace algo más de un año, en octubre de 2017, el alcalde de Cádiz, José María González, envió una carta al consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez. Se puede considerar esa misiva como una epístola al consejero. El alcalde afirmaba que la Bahía "ha perdido una de sus imágenes más icónicas, reconocibles y reconocidas, y más ligadas a su historia". Puede que la apreciación sea un poco exagerada, como casi todo lo suyo, pues a pesar de ser icónico, el Vaporcito no participó en el Descubrimiento de América con Colón. Es relativamente histórico.

Tampoco tenía razón en que el Vaporcito sea una de las imágenes más "reconocidas". En su actual estado está irreconocible. En su actual estado parece el Arca de Noé un siglo después del diluvio universal. En su actual estado no lo reconocería ni la madre de Adriano III que lo parió, porque está que da lástima. Se le ha denominado también El buque fantasma, que es una ópera potente de Richard Wagner (igualmente llamada El holandés errante), muy ajena en su estilo a los pasodobles ad hoc de Paco Alba.

Pero sería bueno salvarlo, en eso le doy la razón. El alcalde González decía que el Vaporcito "no puede estar por más tiempo varado en un dique seco". Esto lo escribió hace más de un año. Y ahí sigue el Vaporcito, de lo más seco. El alcalde de Cádiz, José María González, como el de El Puerto, David de la Encina, tienen buenas intenciones. Dicen que lo quieren ver cruzando la Bahía otra vez ("con ese rumbo garboso", afirmaba el alcalde epistolar). Por su parte, De la Encina está negociando la cesión de los restos al Ayuntamiento portuense.

Desde luego, es mejor hacer uno nuevo, el Adriano IV, a imagen y semejanza de la que tenía el Adriano III cuando se hundió en 2011. Mientras que los restos del naufragio del actual se los podría llevar la Junta a algún museo, a la ampliación del Museo de Cádiz, por ejemplo, si es que algún día se les ocurre ampliarlo. Eso podría ser motivo para otra carta del alcalde de Cádiz.

El consejero Vázquez se ha colocado en la lista del PSOE de Cádiz por la cara. ¿A cambio de qué? De nada. El Vaporcito de Noé se le ha ido muerto. El Vaporcito de Noé, un año y pico después de la carta, sigue en el varadero, en modo sin papeles. Eso sí, el consejero saldrá de mítines, prometiendo el oro y el moro. No se olvide del Vaporcito, que es una vergüenza para la Bahía.

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