Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Con la venia

Fernando Santiago

Vacaciones en el mar

 ES hermoso ver la ciudad llena de turistas, aunque sea durante unas horas y parezca que imitan en el tipo a la chirigota 'Los guiris': camiseta, gorra, gafas de sol, la cara colorá, calzonas y sandalias con calcetines. No soy capaz de saber con exactitud cuánto gastan, dado el permanente estado de queja por parte de los hosteleros y comerciantes, aunque yo veo a muchos en tiendas y terrazas. Creo que es uno de los mayores hallazgos de los últimos años para la ciudad y para el puerto. Si hace décadas Cádiz estaba llena de marineros (antes de la llegada de los contenedores) que se dejaban sus dinero en los puticlubs gaditanos de San Juan, Plocia y calle Mesón, ahora son los turistas que durante unas horas nos visitan en esos enormes cruceros que atracan en el puerto y le dan al muelle una nueva dimensión. Es maravilloso ver la dársena desde San Juan de Dios o la Plaza de España con esos rascacielos flotantes. Vida y alegría para Cádiz, que hace falta.

Dicho esto quisiera dejar claro que no entiendo cómo le puede gustar a nadie ir en un crucero. Son ciudades flotantes con miles de personas a bordo en unas dimensiones que los hacen artefactos peligrosos, como demostró el capitán Schettino "Il Capitano Ligone" ,que diría Antonio Burgos. Me parece que la forma de abaratar estos viajes fue construir barcos tan grandes que pudieran llevar a mucha gente y así hacerlos más económicos. Cuando uno de estos barcos tiene un percance, el mecanismo de evacuación es complicadísimo por la cantidad de personas afectadas, como ya se demostró. El abaratamiento de los cruceros llevó a su popularización y ahora es raro el que no ha hecho un crucero, aunque sea pequeño, de Cádiz a Lisboa o de Barcelona a Génova. De improviso te asalta el amigo de turno a darte la brasa sobre el fantástico  crucero que hizo  y lo bien que lo ha pasado con sus colegas o con su cuñado. Aparte de soportar el petardo de las vacaciones ajenas (más si van acompañadas de fotos en el móvil o, peor aún, un vídeo doméstico) me sigue pareciendo algo extravagante sean cruceros para singles, gays, parejas, niños o cualquier temática. No le veo el interés a que te lleven estabulado como al ganado, te den de comer en unos enormes buffets comida de rancho y que haya un grupo de tripulantes obsesionados en que lo pases bien  en todo momento. Qué pesadez. El barco llega a una ciudad, te sueltan unas horas y al poco de vuelta al barco. Los tiesos ni se quedan a tomar algo en la ciudad escala porque la comida del barco está pagada. En realidad es como si estuvieran en un resort de los de todo incluido salvo que navegan entre unos cuantos puertos y luego lo cuentan como una fantástica aventura. Los cruceros de saldo no surcan las aguas del Caribe, Puerto Vallarta, o la Polinesia, van llenos de miles y miles de cruceristas tiesos que dan vueltas por el Mediterráneo . He de confesar que nunca he estado en uno así que la información que tengo  es de referencia y llena de prejuicios . Tengo para mí, ya he dicho, que es como un todo incluido sin pulserita: la misma obligación de divertirte y  un rebaño para comer o dormir. Cada vez me veo más raro.

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