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Crónica levantisca

juan Manuel / marqués Perales

Va en serio

ARTUR Mas está a punto de caer en su trampa: a medida que su propuesta de independencia unilateral y exprés sea más creíble, y lo es por cuanto ha quemado todas las naves de negociación y se da sólo 18 meses para la desconexión, habrá más votantes no soberanistas que salgan de sus casas porque esto, y ésta vez sí, todo va en serio. Se percibe en la prensa catalana -casi toda medioindependentista- cierta crítica al PP por recurrir a la campaña del miedo, como si esto del plebiscito, que se impone en lo político aunque no en lo jurídico, no tuviese las graves consecuencias que merecerían la atención de los abstencionistas. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, lo explicó ayer: a Mas le gustaría que no fuese tanta gente a votar y es que el nivel de movilización entre los independentistas es del 90%.

La participación en el referéndum de independencia de Escocia fue del 84,6%, y la media de los dos que se han celebrado en el Quebec fue del 89%, pero las estimaciones para estas elecciones catalanas auguran sólo un 70%. Es un porcentaje alto para los comicios autonómicos, pero lejano del 82% que se alcanzó en Cataluña en 1982, las primeras que ganó Felipe González. En otras tres generales más, la participación superó al 75% en esta comunidad, pero a la hora de votar al Parlament muchos distritos de Barcelona prefieren quedarse en casa. Si el PP de Mariano Rajoy y Felipe González, porque González es como nuestro Gordon Brown en esta campaña aunque sea de Bellavista, logran sacar de sus casas al cinturón rojo y charnego de Barcelona, la suma de escaños de las dos listas independentistas no llegarían a los 68 de la mayoría absoluta. Esto sería el final de Mas, de Juntos por el Sí y obligaría a la mayoría soberanista en el Parlament a reformular otra propuesta al Estado.

En Cataluña hay 1.800.000 independentistas declarados, que son los que votaron y en el simulacro de referéndum; posiblemente menos porque en esa ocasión pudieron votar los menores de 18 años y hubo síes de cabreo, como el que ha reconocido el cabeza de lista de Catalunya sí que es Pot. Pero las personas con derecho a voto superan los 4,5 millones, de tal modo que todos los sondeos, incluido este último del CIS, otorgue una mayoría absoluta raspada a la unión de las dos listas independentistas, pero una minoría de votos, del 44% frente al 56%. A medida que la participación supere el 70%, Barcelona, infrarepresentada en el Parlament, hará valer su verdadero peso. Y Mas comienza a temerlo.

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