Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

LA marea amarilla inundó ayer el Sánchez Pizjuán sevillano, miles de aficionados ataviados con los colores de su equipo del alma, se desplazaron ilusionados en busca de un buen resultado que les permitiera regresar con el exquisito sabor de la victoria.

Antonio Calderón tuvo en Lucas Lobos al referente del equipo mientras que el argentino perteneció al Cádiz, su marcha provocó un vacío en la zona de creación y la necesidad de buscar un sustituto para realizar dichas labores, tarea muy complicada dada la calidad de Lobos y su matrimonio con los aficionados.

El técnico cadista optó por repartir la responsabilidad que antes recaía sobre un solo hombre, entre todos los componentes del equipo; así cobraron protagonismo Diego Rivas y Fleurquin, mostrándose a los defensas, para que estos no tuvieran que recurrir a los balones largos; Enrique y Gustavo López desbordaron por sus bandas, Parri, al que le falta encontrar el ritmo de competición, colaboró en la organización y Dani, que estuvo desacertado de cara al gol, aportó una importante capacidad de trabajo y su movilidad, todo ello sumado al apoyo de Cristian y Raúl López.

El resumen deja una excelente noticia, algo que satisface a los técnicos de fútbol, que el funcionamiento colectivo fue el artífice del triunfo, que las individualidades estuvieron por debajo del conjunto y sobre todo que se le supo jugar a un rival con jugadores talentosos. Transcurridos unos instantes se hicieron con el balón y dejaron al filial sin el preciado elemento, hasta conseguir el afortunado, por el minuto que se logró, pero merecido triunfo. El triunfo de un equipo.

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