El Pinsapar

Enrique Montiel /

Trece siglos

HACE 1300 años unos 70.000 musulmanes atravesaron el estrecho y se adentraron en Hispania, entonces un estado débil y con las élites visigodas enfrentadas. En la primera oleada, de magrebíes fundamentalmente, al mando de Tarik, se produjo el enfrentamiento con el ejército del rey Rodrigo, que fue vencido en la batalla del Guadalete, que no se sabe muy bien donde fue exactamente pero que tuvo lugar en la provincia de Cádiz, muy probablemente en los predios de la laguna de la Janda. Nos lo dijo el pasado martes en la Academia de San Romualdo el prof. Franco Silva, de la Universidad de Cádiz. La Academia isleña conmemoraba un centenario muy especial que casi ha pasado inadvertido, la invasión y conquista musulmana de gran parte de Hispania. Le acompañaba en la ponencia el también profesor de nuestra universidad, Angel Custodio López, que puso el contrapunto a la brillantísima intervención del medievalista extremeño afincado en Cádiz. Quiero decir que los hechos históricos de Alfonso Franco tuvieron el correlato de las ideas del arabista jiennense de la UCA. No se tienen ocasiones habituales para asistir a tan intenso debate de ideas sobre un hecho esencial de España, que nos ha marcado como nación y nos ha condicionado como personas históricas. Porque como puntualizó el prof. López, los llamados siete siglos serían ocho si se contara hasta la expulsión de los moriscos el 9 de abril de 1609. Aunque, claro está, sobre un solar, un territorio que nunca fue el mismo y que siempre iba siendo a la merma por la reconquista cristiana.

De Hispania a Al Andalus y de Al Andalus a España... En definitiva de eso se trató en la noche del martes, ya digo que con discursos de verdadero calado intelectual que nos hicieron pensar a todos los asistentes en la inamovible historia como algo vivo y existente, por lo menos en el pasado que fue, que no fue invención ni fantasía.

Las fuerzas musulmanas, que llegaron al reino visigodo de España por el botín y la rapiña, realizarían una penetración fulminante, conquistando ciudades de sur a norte, hasta que fueron detenidas y derrotadas en Tours (732) por los ejércitos de Carlos Martel, que dieron muerte al valí árabe Al Gafiki. El repliegue musulmán sobre la península, modificó las premisas originales (el botín, el saqueo, la destrucción de las ciudades: la guerra medieval clásica) por el asentamiento permanente y el establecimiento de un califato. ¿Nuestra historia? Ahí empezaría, de algún modo. Porque la población de habla latina y religión cristiana no se redujo sino que se replegó para la reconquista del viejo solar de Hispania y para la construcción, tras mil peripecias y siglos, de la España a la que dio Cádiz carta de ciudadanía y cuerpo de soberanía nacional. En 1812, hace dos siglos.

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