Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Tráfico

Como vivimos en una sociedad donde siempre buscamos culpables, lo encontramos en el alcalde y el carril bici

No ha sido analizada en su justa dimensión la noticia de que Cádiz es la segunda ciudad del mundo con menores atascos. Ha pasado injustamente desapercibida cuando hay un runrún de que no hay forma de venir a Cádiz, no hay aparcamiento, el carril bici es un desastre, Cádiz está fatal y el resto de la monserga. Nadie dice, claro, que lo que quieren es llegar con su vehículo desde el punto de origen al punto de destino y si les hacen andar, aunque sea unos metros, se convierte en un desastre. Como vivimos en una sociedad donde siempre buscamos culpable (que nunca somos nosotros) lo encontramos en el alcalde y el carril bici, que según dicen los detractores se ha cargado no sé cuántas plazas de aparcamiento por lo que no se puede venir a Cádiz aunque aparezcan los datos que desmontan el argumento . Y eso que en realidad la única mejora del transporte público en décadas ha sido la aparición de los catamaranes de Rota y El Puerto. Tenemos la misma red de autobuses viejos y contaminantes desde hace años, con trayectos inadecuados, poco frecuentes e incómodos. Eso sí, baratos. Después del "giro Garófano" los cambios en las infraestructuras vinieron de la mano del segundo puente, el mamotreto colocado sobre la Bahía como si un ser superior (El Hombre del Espacio) lo hubiera lanzado desde Ganímedes, lo que ha permitido descongestionar la Avenida y el Puente Carranza, a la postre una invitación para que los ciudadanos utilicen su vehículo privado, por mucho que ahora estemos alarmados por la emergencia climática. Conviene recordar que fue Borrel quien lo proyectó y Magdalena Álvarez quien lo dotó de presupuesto, que ahora todos nos hemos vuelto seguidores de Greta. El carril bici, según mi modesto entender, irá calando de manera progresiva en el espíritu y las costumbres de la gente. Los vecinos de Cádiz nos iremos acostumbrando a la bicicleta como parece que ya lo hemos hecho con los patinetes.

Puede darse también la versión de que la decadencia de la ciudad es tal que ya pocos tienen coche y nadie quiere venir, aunque los datos digan lo contrario. Ya saben "¿va usted a creer a sus ojos o a lo que yo le diga?". Ningún indicador dice que vengan menos coches ni siquiera que haya menos plazas de aparcamiento. Eso sí, algún día alguien tendrá que resolver los líos de la plaza de Sevilla dirección salida de Cádiz, con colas enormes,y los atascos en la glorieta de los Bomberos, de la misma manera que 20 años después parece que más temprano que tarde se abrirá la Avenida Trasversal.

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