Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Tonterías las precisas

¿Todo escritor que haya defendido la Dictadura en algún momento queda excluido de la vida pública?

Desde hace 10 años no existe Teatro de Verano en Cádiz. El Ayuntamiento del PP utilizó 2,5 millones de euros del Plan Urbana, con dinero de la Unión Europea, para construir la pérgola de Santa Bárbara diseñada por el arquitecto José Luis Bezos con el peregrino propósito de resguardar la vegetación del Parque Genovés de los temporales. La pérgola se oxida de manera paulatina y todo aquello que se anunció para los bajos (bares, bibliotecas, centros sociales) ha pasado a depender de la Universidad de Cádiz. Así que no hay Teatro de Verano y la pérgola es una chatarra pagada con dinero europeo dentro de un programa para promover el desarrollo de barrios marginales. En los tres años que lleva el actual Equipo de Gobierno a lo más que ha llegado es a permitir que los bajos de la pérgola sean residencia para personas sin hogar y a que crezcan los jaramagos en el solar donde antes estaba el teatro. Ahora dicen que la pérgola será gestionada por la Universidad que viene a ser una especie de patada al balón para adelante en lugar de resolver el problema. Un patapún parriba al más genuino estilo de Javier Clemente. Ni pérgola ni teatro pero eso sí, el primer teniente de alcalde nos entretiene de vez en cuando con sus tonterías sobre el nombre del teatro que sirven para alimentar polémicas y echarles de comer a sus militantes en el momento de su disolución en Podemos. En lugar de arreglar el Teatro y luego discutir el nombre nos ofrece la polémica para enredar un poco y esconder la incompetencia de quienes no son capaces de resolver los problemas de la ciudad. Cosa diferente es que cuando se vaya a poner en funcionamiento podamos discutir entre todos cuál es el mejor nombre, no porque a Martín Vila no le dé la gana que tenga el nombre de Pemán, sino porque democráticamente se decida qué hacer. Es obvio que Pemán apoyó las dos dictaduras españolas del siglo XX y fue amigo de los dos dictadores, de Franco y de Primo de Rivera. Pero no es menos cierto que los últimos años de su vida se integró en el consejo privado de Don Juan. Aparte del hecho de que Pemán fue director de la Academia de la Lengua donde se negó a expulsar a sus integrantes que habían ido al exilio, fue un prolífico poeta, dramaturgo y articulista. ¿Todo escritor que haya defendido a la Dictadura en algún momento de su vida queda excluido de la vida pública? Torrente, Laín, Tovar, Ridruejo, Cela quedan fuera. Por no hablar de los escritores que han defendido a Stalin. Ante todo que gestionen, que para eso están.

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